miércoles, 8 de febrero de 2012

Que no conste en acta: acta de la tertulia del 25 de enero de 2012


El 25 de enero de 2012 se reúnen los señores Mercuriales Jesús Cotta, Ramón Simón, José Manuel Gómez Fernández, Fernando Moral y el que suscribe, Juan Antonio González Romano, en la sede habitual de la tertulia, el sevillano Fogón de Leña. Acuden como invitados en esta ocasión, honrándonos con su presencia y con obsequios en forma de publicaciones propias, los poetas Jesús Tortajada y Enrique Barrero.
Enrique Barrero
Tras los ineludibles saludos y las cervezas a portagayola, es decir, a la entrada del Fogón mientras acuden todos los ya citados, pasamos al salón habitual. Allí comenzamos comentando la presentación, la semana anterior, del libro Cancionero íntimo (Isla de Siltolá) de nuestro mercurial de plata, Antonio García Barbeito, celebrada en la Fundación Cruzcampo, con un salón lleno hasta los pasillos. Rápidamente pasamos a elegir los platos que fueron debidamente saboreados a continuación. La amplia gama de carnes a la piedra que se nos ofreció dio lugar a que evocáramos, cómo no, el nombre de la musa extraoficial de la tertulia, Lucía Lapiedra. Los asistentes nos repartimos por igual entre el novillo, el entrecot argentino y el solomillo de potro lechal asturiano, todos a la piedra. El Ilmo. Sr. Mantenedor vitalicio, don José Manuel Gómez, optó por el pescado. Jesús Tortajada, desconocedor aún de que las piedras permiten que cada comensal ponga la carne en su punto favorito, le dijo al camarero aquello de "Tráemela ya hecha que me da miedo verla".
Jesús Tortajada
Jesús Cotta propuso un brindis de año nuevo -era nuestro primer encuentro en 2012- por nuestros proyectos literarios. No sé exactamente por qué -perdonen los escasos lectores- pero al hilo del brindis alguien se acordó de la Celestina, tal vez por su afición al vino. El nombre de la alcahueta no pasó desapercibido, y prometí inlcuirlo en el acta "para que le dé un carácter literario".
Jesús Cotta
Como viene siendo habitual en las últimas tertulias, se comenzó por tratar el asunto del título del libro mercurial, ya en proceso de edición. No fue un debate fácil, puesto que se produjeron las habituales interrupciones por parte de -quien si non- Ramón Simón. En una de ellas, nos anunció la boda de nuestra mercuriala Aurora Pimentel, desgraciadamente, de nuevo, ausente de la tertulia. 
Al cabo (con perdón), se propusieron dos títulos para el libro: Ladrones de palabras y Palabras a la piedra. Tras comentarse las bonanzas de ambos (sendos heptasílabos, haciendo caso a nuestro acompañante discontinuo Antonio Rivero Taravillo, que ya nos comentó en alguna ocasión que un heptasílabo suele funcionar bien como título) se optó casi por unanimidad por el título Palabras a la piedra. Se propuso, igualmente, que Jesús Cotta redactase el prólogo del libro, para explicar, entre otras cuestiones que le parezcan oportunas, el calambur de la piedra-Lapiedra. Se vertieron comentarios varios, con la solicitud expresa de que no constasen en el acta.
El Secretario Mercurial, sin tomar notas
Al hilo de esto, comenzó a hablarse de los prólogos, "lo que todo el mundo se salta de los libros". Jesús, no muy conforme, afirmó que él siempre le da una oportunidad a los prólogos; Enrique Barrero comentó que el prólogo no debe restar protagonismo al propio libro. Por aquí y por allá surgieron ejemplos varios que se solicitó que no constasen en el acta.
Seguidamente se glosó la figura del recientemente fallecido Miguel García-Posada, tío de nuestro mercurial también ausente esta noche José María Jurado. Jesús Cotta comentó las conversaciones telefónicas que había mantenido con él acerca del libro que prepara sobre Federico García Lorca y apuntó que sus consejos fueron valiosísimos. Se comentaron algunos de los libros y artículos de don Miguel y, especialmente, sus memorias, La quencia.
Las relaciones entre algunos de los presentes con familiares del mundo de la poesía se comentaron a continuación. Así, Jesús Tortajada refirió cómo su hermano Vicente leyó su primer libro antes de editarse y una vez publicado y le gustó más en la segunda ocasión. Enrique Barrero lo achacó al "poder de la marca". Nuevos ejemplos se aportaron, pero se solicitó que no constasen en el acta.
Como habrá observado el atento lector, inexplicablemente Ramón Simón llevaba bastante tiempo en silencio. Alguien advirtió este insólito hecho y afirmó que "hemos dejado cortado a Ramón", cosa que -quede constancia para los anales- sucedió a las 21:45. El ínclito Ramón no pudo callar más: "Po llévate esta", fue su impar respuesta.
El sediento Ramón
Retomado su usual don de palabras, comentó las últimas novedades de su libro Las miradas del amor, en el que se han incorporado nuevas colaboraciones de los poetas María Sanz (a través de la gestión realizada por nuestro amigo Víctor Jiménez), Fernando Ortiz, Antonio Murciano, José Daniel Serrallé y Juan Lamillar, además de la amplia y  excelente nómina ya comentada en anteriores tertulias. José Manuel Gómez metió el dedo en la llaga al preguntar "cuánto nos vas a pagar", cuestión que fue hábilmente tratada por Ramón, ya que nos informó de que los beneficios de la obra fotográfico-poética irán destinados al proyecto "Vida y Esperanza" de la Hermandad de la O.
Los renglones torcidos de Mercurio condujeron la tertulia hacia el tema de la motivación de los escritores. Vanidad (opinión generalizada), necesidad interior (Enrique Barrero), contribuir a la Belleza (Jesús Cotta)... José Manuel Gómez planteó unas reflexiones acerca de Vila-Matas y su Bartleby de las que no puedo dar cuenta, porque me interrumpió una derivación de la charla hacia los cerros de Úbeda, sin que pueda precisar más puesto que se me pidió encarecidamente que no constase en acta.
El Ilmo. Sr. Mantenedor vitalicio, siempre tan vivo
De nuevo Ramón Simón nos habló del que será su próximo libro de poemas, probablemente con el título de La madrugada del silencio (comenté que he tenido el honor de leerlo en primicia y encierra excelentes poemas) y habló de la autoexigencia que se impone como poeta. Al hilo de esta cuestión se comentó que las prisas por publicar nunca fueron buenas y que, de hecho, algunos libros publicados con excesiva juventud pueden provocar el arrepentimiento con los años. Algunos de los ejemplos que se comentaron no se reflejan en el acta, por deseo expreso de sus mentores.
 Los nombres de Salvago o Hopkins aparecieron a continuación en la conversación. Íntimamente relacionado con todo esto, alguien recordó la frase que Cela le dijo a Torrente Ballester (¿o quizás fue al revés?): "Desengáñate: a las mujeres no les gusta follar" (conste que la frase es de uno de tan insignes difuntos: a ningún mercurial se le habrá ocurrido pronunciar tales expresiones motu proprio y, de haberlo hecho -obvio es decirlo -habría solicitado que no constase en el acta).
Enrique Barrero anunció que al día siguiente publicaría en su blog una décima dedicada a los Mercuriales (esta). En su blog, Enrique se ha propuesto escribir mil décimas en mil días consecutivos, proyecto que espera acabar el 30 de noviembre de 2012.
 De nuevo Ramón comentó otro proyecto literario colectivo para cuando acaben sus Miradas del amor: un libro de relatos sobre la Navidad. Jesús Cotta afirmó que "a Zoido le va a gustar".
Eran ya las 22:55 y por fin Ramón pronunció su palabra talismán, puticlub, batiendo un nuevo record mercurial.
Más adelante se comentaron las vicisitudes por las que atraviesa el premio Ángaro de poesía, en cuya organización intervienen Enrique Barrero y Víctor Jiménez y cuyos presupuestos quieren ser sustancialmente recortados por el ayuntamiento de Sevilla. Enrique comentó que el anterior responsable del ayuntamiento, Antonio Rodrigo Torrijos, siempre los trató con delicadeza y deferencia, sin preorientaciones ideológicas. Ahora se pretende pasar de un premio de cinco mil euros a uno muy inferior y que las gestiones para minimizar los recortes y buscar aportaciones complementarias continúan, sin que se pueda contar aquí más, puesto que se me pidió expresamente que no lo reflejase en el acta. 
Fernado Moral habló de sus maestros Conrad y Rulfo y nos sorprendió montando un aparataje curioso para que pudiésemos escuchar la voz de Rulfo leyendo un fragmento de Pedro Páramo que nos dejó a todos boquiabiertos.
El siempre sorprendente Fernando Moral
En estrecha relación con esto, se habló del último fichaje del Sevilla FC, Babá y, mientras se analizaba la sentencia recaída sobre José María del Nido, Jesús Tortajada (de los pocos aficionados al equipo equivocado de la ciudad allí presentes) solicitó que constase en acta el nombre de Paulao, fichaje de su club. Temas judiciales varios fueron tratados a continuación, algunos con notable acaloramiento.
Las infusiones circulaban ya a discreción desde que Rulfo hiciese acto de presencia. Era el momento, pues, de pasar al turno de lecturas propias, que en esta ocasión comenzó nuestro invitado Enrique Barrero con un poema inédito cuyo título no quiso que constase en acta, cosa rara en la noche. Decidimos acudir a la forma clásica con que los diarios anunciaban las películas eróticas en los años setenta: "Titulo impublicable" y que trataba, digamos, sobre la subjetividad en la evaluación (cuadrarían aquí a la perfección los versos del romance inmortal: "Yo no digo mi canción / sino a quien conmigo va"). El poema, en alejandrinos blancos, fue un prodigio de emoción y nostalgia.
Un momento de la lectura de Enrique Barrero
A continuación fue el turno del que suscribe; leí una décima en homenaje a nuestro invitado Enrique, una seguidilla burlesca y tres poemas considerados desechos de tienta, inéditos escritos en diversas épocas y que, por su tono, no entrarán en mi próximo libro. 
Nuevos nombres aparecieron sobre la mesa: Pedro Sevilla, Eloy Sánchez Rosillo, Rafael Adolfo Téllez, Pepe Cala (el último bohemio sevillano, del que tanto Jesús Tortajada como Enrique Barrero contaron jugosas anécdotas, como la madrugada de Viernes Santo en que a Enrique le recitó Pepe Cala el que, según su parecer, era el mejor poema de Semana Santa: "Macarena / lujo y pena".) Al hilo de la temática pasionista, lancé el reto de que para la tertulia cuaresmal, en marzo, todos los mercuriales deberán aportar un poema religioso.
Dentro de la misma temática, Jesús Cotta leyó un inédito titulado "Vía personal" que causó la sensación de los presentes y que fue tan comentado como elogiado.
Le siguió Jesús Tortajada que recitó el poema "Informe sobre presupuesto" de su libro Ruegos y preguntas, premio Ángaro de poesía en el año 2008. Donó un ejemplar de uno de sus libros, Malosdías, a la incipiente biblioteca mercurial.
Comentarios diversos siguieron al poema y no faltó aquí y allá la autocrítica sobre las propias producciones. En esta línea, José Manuel Gómez refirió la afirmación de Rimbaud acerca de que "el verdadero héroe es quien sabe divertirse consigo mismo". De ahí se pasó, de nuevo, al debate sobre por qué escribir. Una de las respuestas más celebradas fue la que propuso que "escribimos para responder a esa pregunta: por qué escribimos".  También Enrique Barrera comentó que "escribes para que te quieran". Sería más fácil seguir el consejo de Abel Feu en su conocido poema: "Tú, futbolista". La necesaria soledad del escritor en el proceso de creación fue comentada también ampliamente.
 Fernando Moral concluyó el turno de lecturas con su poema "Cálculos irracionales". No faltó un recuerdo encomiástico a nuestro mercurial ausente Julio Ariza y su poema sobre Fairy y míster Proper.
Nos acercábamos peligrosamente a la una de la madrugada cuando la tertulia tocó a su fin. Una sensación compartida de haber vivido una noche intensa, pródiga en buenos momentos, memorable. Las sonrisas en los ojos vencían abiertamente al cansancio.
La media verónica de la noche nos regaló instantes de eternidad: que conste en acta.
Autor de las imágenes (salvo en las que él mismo sale), el versátil Ramón Simón.
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