martes, 29 de noviembre de 2011

Crónica de la gala de entrega del premio "Mercurial de plata 2011"

Rafael de Cózar, Fito, Mercurial de plata 2011
El sábado 26 de noviembre tuvo lugar la gala de entrega del premio "Mercurial de plata 2011" a Rafael de Cózar, alias Fito, poeta, pintor y catedrático de Literatura española de la Universidad de Sevilla. La gala se celebró en el restaurante Fogón de Leña, que nos agasajó tan bien como de costumbre.
Además de los miembros (con perdón) permanentes de la tertulia (con la excepción de Julio Ariza, que no pudo acudir por causa justificada, y con la pena de que Toi del Junco tuvo que marcharse muy pronto), asistieron en esta ocasión muchas de las parejas de los habituales, además de algunos invitados y, por supuesto, del galardonado y su señora, Natalia.
 Tras una amplia ronda de recibimiento a las puertas del Fogón, pasamos al salón reservado para la ocasión y nos hicimos una foto de grupo para el Diario de Sevilla, que salió publicada el lunes siguiente. Diversos grupos charalaban amistosamente mientras todos nos íbamos ubicando. Rafael de Cózar nos hizo entrega de un conjunto de sus publicaciones para el fondo de la biblioteca Mercurial, recién creada.
José María Jurado, José Manuel Gómez y Rogelio Reyes
Mercurialas de lujo: Lola (mujer de José Miguel), Raquel (mujer de Jesús, de espaldas) e Inmaculada (mujer de Fernando)
Auror Pimentel y su Gonzalo
Pablo Pámpano y Alejandro Muñoz
Toi del Junco y José María, junto a Fito y Natalia.
Juan Antonio, José Manuel, Alonso, Fernando, José Miguel, tomando refrescos
Esther (mujer de Alonso) y la cabellera de  Elena (mujer de Juan Antonio)
Raquel, Esther y Eva, mujer de José Manuel
 En el salón, una pantalla parece ser que iba proyectando imágenes de archivo de nuestras históricas tertulias, aunque la mayoría de los asistentes miraba más los platos de jamón, caña de lomo y otras chacinas volátiles -por lo poco que duraron, claro está-, las taleguillas (las comestibles; quiero decir, las de queso y gambas que nos sirvieron como entremés), los solomillos de ternera o los turbantes de rosada, además de las convenientes botellas de vino (el homenaje a Baco en tales circunstancias es obligado, y no tuvimos más remedio que cumplir con la tradición dionisíaca).
Escuchando al homenajedo
Pablo Pámpano, nuestro amigo ilustrador: tan gran artista como persona.
Un momento de la cena. Obsérvese lo bien que se situó José Miguel, excelentemente rodeado
Elena, mujer de Juan Antonio,  y Jesús Cotta
Rogelio y Fito
Carmela, mujer de Ramón Simón, y el editor Jaime Galbarro
Alejandro y el brazo de José Manuel, en busca de chopped
 La cena transcurrió en un ambiente afable, como de costumbre, para admiración y gozo de los invitados, entre los que causó extrañeza que un grupo de escritores lo sea también de amigos. Y las fotos, al parecer, seguían pasando.
Con la llegada de los postres (beicon of the sky, como rezaba -literalmente- una curiosa traducción de un bar trianero que una vez tuve la ocasión de leer; es decir, tocino de cielo) y las infusiones obligadas, tomó la palabra nuestro mantenedor vitalicio, José Manuel Gómez Fernández que, con su ancestral humor, se presentó a sí mismo como "exmantenedor", broma que provocó las lógicas sonrisas.
El exmantenedor vitalicio dirigiéndose a la concurrencia
Procedió a continuación al brindis en honor del homenajeado
 Tras la presentación del acto (con perdón) y el brindis, cedió la palabra -sin previo aviso- a don Rogelio Reyes Cano, catedrático emérito de la hispalense, que glosó con unas emocionadas palabras la figura de Rafael de Cózar, durante muchos años su compañero de despacho en la Universidad.
Don Rogelio Reyes, en un momento de su intervención. Obsérvese el gesto de Fito, mientras come chicle
Don Rogelio, en pleno vuelo lírico
El abrazo de los amigos
A continuación, el mercurial Fernando Moral fue el encargado de hacer la presentación oficial del galardonado, con un discurso a la altura de las circunstancias, que se puede leer a continuación. Sus palabras fueron acompañadas por la proyección de algunos de los poemas visuales del premiado.
Fernando Moral, de frente y por derecho
 El turno de discurso finalizó con la intervención del galardonado, Rafael de Cózar, que agradeció la distinción y nos regaló unos versos compuestos para la ocasión. Estos quedan reproducidos a continuación del discurso de presentación para deleite general.
 Tras los discursos oficiales, el premiado continuó contando chistes varios, hasta que -dado el tono creciente de las facecias erótico-festivas-  su mujer dio, elegantemente, por terminadas la palabras del nuevo Mercurial de Plata.
Natalia, Mercuriala argéntea consorte.
A continuación, se hizo entrega de la estatuilla del Mercurial de Plata y nuestro amigo Pablo Pámpano obsequió con una grabado a Rafael.
El exmantendor vitalicio, durante la entrega del Mercurial a Fito
Pablo Pámano muestra el grabado al homenajeado, en presencia del exmantenedor vitalicio
Los mismos, y Rogelio, admirando el soberbio grabado de Pablo
Tras la parte ofcial del acto, se formaron diversos corrillos, cada cual más interesante, comentando las vicisitudes de la gala; el buen ambiente continuó, como no podía ser de otra manera
Y llegó el turno de despedida. Algunos se marcharon inmediatamente, otros continuaron en un local cercano tomando nuevas infusiones y -hasta donde el secretario puede levantar acta, con perdón- pasadas ampliamente las tres de la madrugada, aún había mercuriales y acompañantes noctambulando por la ciudad.

Fotografías de Ramón Simón

Presentación de Rafael de Cózar, por Fernando Moral

Buenas noches queridos hermanos en la fe de Mercurio. Buenas noches Srs. Invitados. Buenas noches Sr. Mercurial de Plata.
En cuanto a la longitud de esta presentación, no voy a mentiros como se suele hacer. Yo habría querido ser breve. En serio, habría querido ser breve, de hecho quería haber sintetizado todas las bondades de nuestro Mercurial de Plata en un solo soneto. Y casi lo había conseguido cuando me topé con un obstáculo insalvable: ¿Con qué coño rima Cózar?... Y Sievert no digamos... Eso sí, encontré rima para Fito, pero no me pareció adecuada dada la solemnidad del acto.
Con vuestro permiso voy a poner título a esta presentación. Y lo hago porque las presentaciones constituyen -según el caso, claro- un género más, aunque algunos no opinen de esta manera. Existe a veces tal derroche de calidad en ellas que la posterior intervención del protagonista queda empequeñecida. Me temo que no va a ser el caso hoy.
Y bien, la he titulado Sinécdoque de Cózar. Este título se explica porque al fin y al cabo, en el escaso tiempo de una presentación, solo puedo ofrecer una parte o partes de este todo. Creo que es un problema endémico, y quizás un reto, que ofrece este tipo de intervenciones. La cuestión es si conseguiré que esa parte o partes logren reflejarlo. Sin más dilación, intentemos pues acometer el desafío metonímico.

Primera parte: su biografía o el motor de la literatura

¿Por qué solo el motor? El mismo Cózar nos lo explica. Cito:
La realidad, la experiencia vital concreta, aunque efectivamente pueda tener un papel como motor antes que nada de la vida, y luego de la literatura, queda sin embargo fuera de estos límites una vez convertida en obra, y ya no es patrimonio del análisis literario, sino, en todo caso de la biografía.
Bueno, pues ese motor -importante, pero no crucial, como él mismo indica- de la obra cozariana arranca y echa a andar en Tetuán (provincia de Marruecos) en 1951. Rafael reside allí hasta los once años, momento en el cual se traslada a Cádiz. El joven Cózar empieza a mostrar, como dicen los cursis, sus inquietudes artísticas en la ciudad más antigua del mundo occidental. Buenas raíces e inmejorable bagaje para viajar justo al extremo opuesto, la innovación, la modernidad, que es para un servidor el marchamo de nuestro homenajeado. Pero esa es otra parte de la que hablaremos más tarde. Como decía, allí en Cádiz empieza destacando como pintor. Lleva a cabo diversas exposiciones y obtiene varios premios a su vez. Posteriormente entra ya en el mundo literario como miembro fundador del grupo literario “Marejada”. A partir de 1972 fija su residencia en Sevilla, en cuya universidad imparte clases como doctor en Filología Hispánica. Adquirió la Cátedra de Literatura Española en 2008, conseguido lo cual, disimuló unos años antes de lanzarse de cabeza hacia la liberación jubilar. Pero ello no quiere decir que el motor cozariano haya quedado al ralentí, más bien al contrario, ya que ahora dispone de tiempo sobrado para la creación. Este mismo miércoles pasado, Pérez Reverte destacaba en público -no sin cierta envidia- la habilidad que Rafael ha demostrado en ese caso concreto.

Segunda parte: su obra o la vanguardia perpetua

Cózar se declara aficionado a las publicaciones efímeras, pero bueno, Rafael, la vida es así de puñetera y como al resto de los mortales nos apetece dar carácter inmanente a la belleza, el resultado final ha sido que gozamos de una ingente cantidad de publicaciones tuyas. Estas quedan claramente divididas, o no -ya veremos-, en dos grupos.
Veamos, por una parte encontramos su obra de creación, en la que destacan la narrativa y la poesía. A la primera pertenecen novelas como El Motín de la Residencia (1978), la colección de relatos Bocetos de los sueños (2001) y sobre todo El Corazón de los Trapos, premio Vargas Llosa de novela en 1996. En cuanto al verso, la producción es sensiblemente mayor. Podemos contar más allá de la decena de libros, comenzando por Sinfonía nº 1 en negro de Cózar (ma non troppo) de 1980 y terminando por Los Huecos de la Memoria del presente año. En esa lista hemos de destacar Ojos de Uva, que tras su publicación en 1988 obtuvo gran éxito de crítica. A todo esto debemos añadir otra considerable participación de Rafael en diversas antologías poéticas y sus logros en numerosos certámenes literarios.
Ya por otra parte hallamos los estudios, ediciones y prólogos propios del trabajo de investigación filológica. La relación va más allá de lo que esta velada pueda abarcar. Sin embargo, es de destacar una característica común en muchos de estos trabajos que, como un hilo conductor, los ensarta e incluso va más allá, hilvanándolos con la obra literaria que hemos referido antes. Y esa característica no es otra que la permanente búsqueda, la innovación, la vanguardia en definitiva.
Toda su obra, ya sea como estudio o creación, está marcada por esa experimentación continua. De ahí mi o no anterior. Podemos comprobar en las imágenes una selección tanto de su obra esencialmente pictórica como de aquella que, en forma de poema visual, aúna sus cualidades pictóricas con las literarias.

Tercera parte: El ser humano o el señor catedrático ignora un adverbio

¿Qué cómo me atrevo a decir que todo un señor catedrático de literatura española ignora un adverbio? Sencillo: Rafael nunca dice no. Es cierto, y no me hacen falta los testimonios que en ese sentido siempre puede escuchar uno sobre él. Yo lo puedo atestiguar en primera persona:
Conocí a Rafael tras cierta alusión a él que realizamos en la revista de alumnos de la facultad, Pandora, dirigida por un servidor. La alusión incluía una caricatura y el premio jaramago, que no era otra cosa que una crítica, suave eso sí, al galardonado. A los pocos días de publicarse, Rafael me fue a buscar. Yo me temía lo peor porque ya había recibido un broncazo de otro profesor galardonado. El caso es que se presentó con un soneto en el que se mofaba de sí mismo y de su caricatura, deseaba parabienes a la recién nacida revista y se ofrecía a colaborar en lo que pudiera. Por cierto, el soneto era un derroche de humor ingenioso envidiable. Desgraciadamente no lo he encontrado. Bueno, pues la oferta se cumplió: durante el tiempo que dirigí el aula de cultura de alumnos, recurrí varias veces a él para pordiosearle colaboraciones que dieran algo de caché a una publicación que por no tener, no tenía ni ISBN. ¡A ver quién ha visto a un poeta que suelte sus obras sin tatuarse otro ISBN en el curriculum! Pues eso, Rafael  nunca decía no. Ni a mí ni a los que me reemplazaron, lo sé de buena tinta.
Y ya fuera del ámbito personal, su generosidad, sus ganas de participación, quedan reflejadas en la cantidad de puestos desempeñados en el seno del mundo literario. Puestos que, todo hay que decirlo, son los típicos que te calientan la cabeza y te enfrían los pies. Así, fue presidente de la Sección Andaluza de la Asociación Colegial de Escritores de España, miembro de la Comisión de Ayudas a la Edición de la Consejería de Cultura de la Junta o Director Literario de la editorial El Carro de la Nieve. Actualmente es miembro del Consejo Asesor del Centro Andaluz de las Letras, cargo que ostenta desde la creación de dicho organismo.
Su ignorancia del adverbio de negación llega a extremos como el protagonizado por un perverso Pérez Reverte, que se dice su amigo. Rafael no se negó a que aquel lo incluyera en una entrega de Alatriste como personaje laxo en su celo marital, esto es, corniveleto. Por si alguien no sabe de qué estoy hablando, el mismo Cózar nos lo puede aclarar:

Rafael de Cózar, sí; yo soy quien reza
en esta nueva entrega de Alatriste,
de la España inferior que ora y embiste
cuando se digna usar de la cabeza.

Y nunca mejor dicho, y con firmeza
reconozco en mi frente el ornamento
con que cubro con creces mi sustento,
a la par que comparto la belleza.

Si brindo en la taberna, en buena hora
de vino yo me bebo litro y cuarto
porque sé que el gran Rey Felipe Cuarto
se encarga de atender a mi señora.

Mas sepan que no soy consentidor,
ni marido "giloso" ni ofendido:
Las razones de Estado me han vencido,
por no estar para lances mi valor.

Alatriste y el Rey son las razones
de Estado que presento en mi defensa.
Al no poder con ellos, no hay ofensa,
y el honor me lo guardo...... en los bolsillos.

Si es esta mi verdad, les aseguro
que con Lope, Quevedo y Calderón
yo me siento muy feliz en la ficción
de este libro del nuevo rey Arturo,

Me queda por hacer la aclaración,
con la cual  finalizo mi escritura:
que no es mi actual mujer la que figura
en brazos del amarillo jubón.

De aquellas que recuerdo en mi andadura,
o fue Bassinguer, o es Sharon Estón,
pues la actual es de buena catadura
y el príncipe Felipe no es ligón.

Hay un último aspecto ineludible que quería destacar del ser humano Cózar: el amor, pero eso sí, un amor mientras más tangible mejor, como él mismo indica. Cito:
Realmente en el tema del amor es difícil hacer teoría, y a mí me interesa especialmente la praxis, pero he de reconocer que no es fácil que esta última se lleve a cabo mediante un libro.
En resumen, sinceramente no creo que estas partes que he expuesto hayan conseguido evocar una imagen fidedigna de ese todo llamado Cózar. Un todo inabarcable (y no me refiero a su fisonomía),  que ya me hacía prever el fracaso antes de empezar. Espero, eso sí, que aquellos que no conocían a nuestro Mercurial de Plata, al menos se hayan llevado una imagen  no muy desvaída de su siempre grata persona.

Una aclaración final:
Algunos habrán pensado “Vaya perra que ha cogido este con las sinécdoques y las metonimias”. Pues resulta que habiendo nacido en Jerez soy medio gaditano -como Rafael- y no hay cosa que le guste más a un gaditano que una acertada metonimia. ¿Verdad, pisha?

Poema de agradecimiento. Por Rafael de Cózar

POEMA DE AGRADECIMIENTO
A LOS DELEGADOS MUNDIALES DE LA TERTULIA MERCURIAL DE SEVILLA POR EL PREMIO CONCEDIDO A ESTE HUMILDE VERSIFICADOR, QUIEN LLEVARÁ CON DIGNIDAD EL GALARDÓN DE LA SANDALIA DE MERCURIO, HERMES ALADO, INTÉRPRETE DE LOS DIOSES


Un signo de bien nacido
es el ser agradecido
y yo pienso y no les miento
que si ese agradecimiento
con el verso se realiza,
aunque resulte paliza
al menos exige esfuerzo
y es sin dudarlo refuerzo.

Con más razón es el caso
siendo tema de cultura,
ya que es la literatura
por la que dieron el paso,
aunque pienso que es pasarse
darle vuestro galardón
a este pícaro guasón
que amenaza con quedarse.

Homenaje inmerecido
si es por lo que hasta ahora he sido,
mas resultará acertado
si olvidamos mi pasado
pues si mérito he tenido
sólo es por ser buena gente
con la que yo me he reunido.

Es de aclaración urgente
siendo premio inmerecido,
la obligación de aceptarlo,
por supuesto sin dudarlo,
ya que merece la pena
pues si no, de lo contrario,
aunque parezca ordinario,
tendría que pagar la cena,
lo cual, siendo jubilado,
no me parece apropiado.

¡Vosotros, trabajadores
de la cultura, incurables,
esforzados labradores,
incluso de la enseñanza,
merecéis estos honores,
siendo conmigo muy amables
y de España, la esperanza,
pues todos los mercuriales
tras sus horas laborales
a la tertulia llegáis
y los honores nos dais
y vuestra cuota aportáis
a que los pobres parados
y también los jubilados
tengamos ya la ocasión
de cobrar nuestra pensión.

Yo soy también de Mercurio
que es el dios del buen augurio
aunque alguno diga a saco
que yo soy más bien de Baco,
mas si Hermes fue dios alado,
por Baco salgo de lado,
es decir que tomo el rumbo
dando algún que otro tumbo
pues si es seria la poesía,
esta exige la vivencia
en la taberna, a conciencia,
aunque yo pierda la mía.

Mis queridos mercuriales
no quiero darles la lata
pues si Mercurio es de plata
servirá para mis males,
que sin ser inoportuno
yo resumiría en uno:
esto es cosa de la edad,
lo que yo pienso, en verdad,
que se cura con el tiempo,
y que las glorias tempranas
son más fuertes con las canas.
Gracias a todos de nuevo
y vayamos a lo suyo
que, sin dudarlo, yo intuyo
que esta cena costó un huevo.



por Rafael de Cózar, en la muy noble y leal ciudad de Sevilla, noviembre del año de dos mil y once.



martes, 22 de noviembre de 2011

Acta de la tertulia del 16 de noviembre

El 16 de noviembre de 2011, a las 20:30 horas, en el Fogón de Leña de la ciudad de Sevilla, se reúne la tertulia Los Mercuriales, con la presencia de los miembros (con perdón) permanentes Ramón Simón, Alejandro Muñoz, José Manuel Gómez Fernández, Juan Antonio González Romano, Jesús Cotta, Fernando Moral, José Miguel Ridao y los invitados Víctor Jiménez y Elías Moro (venido expresamente desde Mérida) para honrarnos con su presencia.  Excusan su asistencia, por motivos varios, José María Jurado, Alonso Coca, Aurora Pimentel y Toi del Junco. Incomparece sin justificación Julio Ariza.
Tras las copas de bienvenida a la entrada del Fogón, al tiempo que iban llegando los mercuriales, pasamos al salón habitual a las 21:22 horas. Rápidamente, el inefable Ramón Simón afirma que "voy a enseñar cosas" y, antes de que cundiera el pánico, matizó sus palabras: "No, no me voy a quitar los pantalones todavía". En efecto, por el momento se limitó a mostrar unas bellísimas láminas, propiedad de Antonio Álvarez Gordillo, algunas de dibujos de Hergé, otras de mapas antiguos y de recortables de teatro de principios del pasado siglo.
Ramón, ¿quién si non?
Los renglones torcidos del dios (Mercurio) nos llevaron a tratar las costumbres sexuales de los griegos, una de las especialidades de Jesús Cotta (los griegos, quiero decir. La cultura griega y su lengua, mejor dicho. Su idioma, aclaro). De esta manera, habló del pelotón sagrado de Tebas y surgieron todo tipo de comentarios, en el habitual tono intelectual que nos caracteriza en estos asuntos.
Llegó por aquel entonces Fernando Moral, pasadas las 21:30 (quede constancia para que su Jefe no piense lo que no es), cuando una nueva torcedura del renglón nos llevó a hablar de las elecciones generales. Ramón (quien si non) propuso que Los Mercuriales abanderáramos una iniciativa para reclamar la reforma del sistema electoral español.
 Comparecieron en aquel momento chacinas variadas, almejas a la marinera y chipirones rellenos, al punto que se retomó la conversación acerca del mundo clásico, Italia, Grecia y sus mercados (lugares donde, como nos recordó Elías, se compraba el pescado, cosa que conviene aclarar, puesto que la palabra mercado hoy en día tiende a usarse para otros menesteres mucho más desagradables). También se habló de la suerte de autarquismo que caracteriza a los negocios de los chinos, ocasión que fue aprovechada por el secretario mercurial para pronunciar su aforismo "Es más raro que un chino fumando", seguido por otro de Jesús Cotta, "Es más raro que un chino con gafas".
Parece lógico que de ahí se saltara a hablar de la ley del tabaco y si cambiaría en el futuro próximo hacia el modelo anterior. Elías comentó que había escuchado que se quería también prohibir fumar en el coche, hecho que volvió a suscitar comentarios de distinto signo.
Elías Moro, con el bolígrafo en la mano
Comentamos a continuación la presentación de la primera novela de nuestro mantenedor vitalicio, José Manuel Gómez, En busca de la flor de la siempreviva, celebrada la semana anterior con gran éxito en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. La voz umbraleña surgió de nuevo y de ahí pasamos a hablar de Fernando Arrabal y su milenarismo. De Arrabal salatmos a las Vanguardias, motivo que llevó a Fernando Moral a afirmar aquello de "qué feo queda un vanguardista hoy en día".
Víctor  Jiménez, que en su día obtuvo el premio de poesía Florentino Pérez Embid, convocado por la Real Academia sevillana, comentó lo imponente que es su salón de actos, hecho que corroboramos todos los que tuvimos que intervenir en el acto citado. José Manuel reprodujo la frase del impar Ramón al llegar a la Academia: "Aquí huele a rancio"..., cosa que llevó a Víctor Jiménez a recordar que cuando Jacobo Cortines ingresó en la Academia (hace ya algunos años) era el más joven de la institución.
Víctor Jiménez
 Un nuevo quiebro de renglones nos llevó a hablar del golpe de Estado de Tejero; Ramón dijo que él pensó irse de España si hubiese triunfado, para convertirse en un "maqui en la Pampa argentina". Al hilo, se habló de la Anatomía de un instante, de Javier Cercas, novela inspirada en este hecho histórico (no en la existencia de maquis en la Pampa, o en la huida de Ramón, sino en el golpe frustrado), que suscitó controvertidas opiniones. Fue entonces cuando Víctor relató que la legalización del PCE le pilló durante su mili, en una garita haciendo guardia. Casualidades de la vida, resultó que los dos invitados de la noche, Víctor y Elías habián sido ambos polimilis en aviación. De ahí pasó Elias a preguntarse el sentido del adjetivo "civil" en el sintagma "guerra civil", cuando todas las guerras son de seres humanos contra seres humanos. Le vino entonces a Elías nostalgia de su Vallecas natal, para recordarnos uno de los gritos reivindicativos de su barrio: "Vallecas libertaria, queremos puerto de mar".
Elías y José Manuel, comiendo chicle (ambos)
 Alguien comentó una anécdota sucedida entre dos literatos que, paseando, se toparon con unos nenúfares. Uno de ellos le preguntó al otro qué era aquello, a lo que el primero le respondió: "Eso son los nenúfares de los que usted habla en sus poemas". Hay quien afirmó que los protagonistas de la anécdota fueron Rubén Darío y Valle-Inclán, quien afirmó que se produjo entre Juan Ramón y Romero Murube. En todo caso, poetas de la época del tío de Ramón, llamado Plinio. Cuando comenzó a hablar de "Mi tío Plinio", Fernando le preguntó: "¿El joven o el viejo?". No sin esfuerzo, Ramón retomó su discurso, pero cuando apuntó que "Mi familia viene de Marruecos", Alejandro Muñoz apostilló "ahora se entiende todo". Retomada la calma, y como cabía esperar, resultó que el tío de Ramón fue bastante golfo. De casta le viene.
También se aludió a las palabras que Borges dedicó a Lorca ("el andaluz profesional") que llevaron a Juan Sierra a negarse a reunirse con él en la década de los ochenta. En esta línea de la conversación, el secretario mercurial mancionó el interesantísimo libro La invención de la Generación del 27, de Manuel Bernal (editorial Berenice), que explica con todo lujo de detalles hasta qué punto se mezcla la verdad (escasita) y la invención (mucha) en los orígenes de la Generación, especialmente en los actos de homenaje a Góngora realizados en Madrid, prácticamente inexistentes.
A las 23:03 llegó José Miguel Ridao (quede constancia de la hora por el mismo motivo aludido con Fernando). Este, de sopetón le preguntó si venía ya comido y, digamos, aliviado sensualmente, a lo que Ridao, tan cortado como de costumbre (es decir, nada), le respondió al instante que "solo aliviado" (Nota del secretario: tal vez no fueran esas las palabras textuales, pero me sigo negando a que el verbo "follar" o su participio "follado" aparezcan en el acta). El turno de risas fue interrumpido por Fernado al dirigirse a Elías: "Ganímedes, échame vino", fueron sus palabras. Poco después, tal vez por el efecto de la copa recién servida (y de las anteriores, claro), el mismo Fernando comentó que "a mí me gustan las primas, pero no las de riesgo".
Entre Fernando y Ridao hablaron de Feedjit, un  gadjet que sirve para averiguar la procedencia de los lectores de un blog. Descubrió Fernando los lugares desde los que consigue acceder José Miguel a los blogs (ya que feedjit permite cambiar la ubicación del viajante). Así, Ridao accede desde lugares tan pintorescos como Vaya, Tela, Killo, Mantón, Manila, entre otros. Alguien, no diré que el mantenedor para no mancillar su impoluta imagen, apuntó, ante los comentarios sobre la pérdida del tiempo con el feedjit, aquello de "más aliviarse sensualmente y menos feedjit (Nota del secretario: véase la nota anterior referente al verbo "follar"). Reglón seguido, el insigne Mantenedor, ahora sí, apostilló: "Habrá que maquillar el acta, o esto va a parecer lo que es".
José Miguel Ridao, el ubicuo
Comenzó, por fin, el turno de lecturas. Siguió con la palabra José Manuel Gómez, para leer unas páginas de Julio Camba, en concreto de La rana viajera (interrumpe José Miguel: "ese lo he leído yo en mi ridaider).
Leyendo a Camba
 Antes de continuar con la lectura, se procedió a ventilar (verbo empleado por Camba y que llamó la atención por su escaso uso actual a Elías) diversos aspectos relacionados con la publicación, por parte de la editorial Sim Libros, del Libro de actas de la Tertulia del curso pasado. Se decidió el formato y el número de ejemplares (será una tirada corta, de cien ejemplares: quien desee un ejemplar -valdrá su peso en oro en el futuro- puede ponerse en contacto con cualquier mercurial para ir reservándolo), dejando para la próxima tertulia el nombre definitivo. Cada mercurial deberá aportar uno (de lo contario, según Fernando "se le extirpará un testículo"), y todas las propuestas serán debatidas debidamente.
Eran las 23:31 cuando Ramón dijo por vez primera en la noche -nueva plusmarca- su palabra talismán, "puticlub", aunque resulte complejo poner en pie qué dio lugar a esta expresión. Cumplido el trámite, el secratario leyó tres versiones en verso de un afamado chiste, en romance, soneto y décima de cabo roto, respectivamente. 
Elías Moro procedió a leer diversas entradas de su inminente publicación, Diccionario para escépticos, en una de las cuales, Présbita, cita expresamente a Fernando (que, a raíz del título del libro, comentó aquello de "Vaya mercado que tiene eso").
Una nueva interrupción en el turno de lecturas se produjo cuando Ramón Simón (quien si non) comentó que él tenía familia numerosa, con cuatro miembras y un miembro, a lo que el secretario le respondió que le ganaba en miembras y, probablemente, en miembro.
De vuelta a la lectura de textos propios, Elías Moro nos sorprendió con un intenso poema, "El guardagujas", del que nos dio una copia firmada a cada mercurial.
 Víctor Jiménez leyó con su emocionada voz algunos poemas éditos y un soneto inédito, "El poeta en su laberinto", que mereció la admiracioón unánime.
La lectura se vio amenizada entonces con algunas reflexiones en torno al oficio del escritor y su lugar de escritura, que Elías definió como el "taller del hechicero" y Ramón como el "cajón de sastre".
Retomó las lecturas Alejandro Muñoz con su emotivo "Océano mar", inspirado en una foto del locuaz Ramón.
Jesús Cotta optó por la lectura de algunos simpáticos y lúcidos momentos de su Manual de ayuda contra los libros de autoayuda. Especialmente aplaudido cuando habló del filosoficidio, o necesidad de matar a filósofos como Platón o Rousseau.
Fernado Moral, a continuación, nos comentó con alegría indisimulada que acababa de culminar su primer libro de poemas, del que nos leyó algunos muy logrados.
Fernando y Jesús
El secretario, en su turno, leyó dos de sus acostumbrados Diurnos, cada vez más cerca de constituir un libro.

Ramón Simón leyó varios poemas de sus Cartas a Theo, inéditos muy cerca ya también de su versión definitiva y a punto de.

José Miguel Ridao cerró el turno de lecturas con un divertidísimo texto publicado en su blog durante el verano, "Poetas dopados", que provocó por igual risas y admiración.

Tras el inevitable pago, pasados setenta minutos del jueves 17, dimos por concluida la tertulia, no sin antes citarnos para el próximo sábado 26 de los corrientes, cuando tendrá lugar la celebración de la entraga del Premio Mercurial de Plata 2011 a Rafael de Cózar.
La luz nocturna de noviembre nos esperaba a la puerta, primaveral, por sí hacer mudanza en su costumbre. Su sonrisa nos reflejaba.
Doy fe.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Presentación de En busca de la flor de la siempreviva

El miércoles 9 de noviembre, a las 20:00, en el salón de actos de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (c/Abades, 14), dentro del ciclo "Jóvenes escritores de Andalucía", se presentará en público En busca de la flor de la siempreviva (Ediciones de la Isla de Siltolá), la primera novela publicada de José Manuel Gómez Fernández, fundador de la Tertulia literaria "Los Mercuriales".
La presentación de la novela correrá a cargo del novelista D. José María Vaz de Soto. 
En el mismo acto y a continuación, se presentará el grupo literario "Los Mercuriales". Intervendrán Jesús Cotta y Juan Antonio González Romano, que comentarán algunos pormenores de la tertulia. Se leerán textos de todos los Mercuriales.