jueves, 21 de enero de 2010

Crónica de la tertulia del 20 de enero

A la hora prevista, en el baratísimo restaurante "La monumental", se encontraron los siguientes mercuriales: José Manuel Gómez, el mantenedor; Jesús Cotta, poeta ornitólogo; José María Jurado, poeta ingeniero; Javier Sánchez, poeta preferente (lo de regional, lo obviamos); José Miguel Ridao, poeta almejero; Julio Ariza, poeta bellotero; Alejandro Muñoz, prosista arquitecto y Juan Antonio González, poeta apócrifo. Como invitados, acudieron Juanma de la Torre, Fernando Moral y Ramón Simón.
Por vía telefónica, se mantuvieron sendas conversaciones con América y Aurora, cuya ausencia, así como las de Ricardo Arjona, Diego Vaya y Alonso Coca quedan justificadas convenientemente. El resto de los mercuriales no hizo acto de presencia, sin notificación de ningún tipo, por lo que la comisión disciplinaria tomará las medidas oportunas.
El menú consistió básicamente en almejas y otros peces variados, regados convenientemente con vinos y cervezas. La cena transcurrió de forma amena, aderezada por los comentarios más variopintos de los contertulios, entre los que destacó sobremanera el delicado y medido verbo del invitado Ramón Simón.
Como viene siendo habitual, en los postres se procedió a la lectura de textos varios, de todo tipo y condición, de lo más -digamos- chusco a lo más sublime.
Jesús Cotta se ofreció para componer, en octosílabos, la primera de las estrofas del himno mercurial, que someterá a la consideración del resto de los seguidores del dios Mercurio a través de este foro público.
Javier Sánchez asumió la tarea de confeccionar un anuncio para el tan cacareado casting de becarias.
Se cerró el acto con un par de rondas de combinados variados (en copa de balón, claro) y nuevas anécdotas pías.
Y sin más asuntos que tratar ni becarias que catar, concluyó el acto (con perdón), de lo que, como secretario de la tertulia, doy fe.
Juan Antonio González Romano (secretario)

16 comentarios:

  1. Ay, qué pena no haber podido estar y qué detalle el llamar, unos caballeros sois. Muchas gracias y abrazos a todos. Ese anuncio de las becarias será para verlo, a ver, a ver si hay... ejem.

    ResponderEliminar
  2. Excelente crónica, compañero. Sólo he echado en falta algún ejemplo concreto del verbo medido de nuestro ilustre invitado.

    chop chop

    ResponderEliminar
  3. Se me olvidaba. Aurora, ¿cómo lo dudas? Javier es un hombre de palabra; se concretó hasta la redacción del anuncio y el periódico donde aparecerá.

    ResponderEliminar
  4. Aurora, te echamos de menos. Un poco de comedimiento habría venido bien.
    José Miguel, si me caliento (con pedón), lo mismo pongo algún ejemplo de, digamos, cibersexo...

    ResponderEliminar
  5. Bueno, veo que mucha labia y pocas nueces, mucho poeta y poca becaria. Tanto vivir en el mundo de las ideas no es bueno, no, da lugar a extrañas actividades.

    ResponderEliminar
  6. Estoy esperando que se me pase el efecto de las anécdotas edificantes para poder componer el primer verso.

    ResponderEliminar
  7. ¡ Vaya pandilla ! Seguro que os lo pasasteis de coña. Como para poderos ver por un agujero... ja ja... estaria bien...

    ResponderEliminar
  8. Con permiso. Debo agradecer púbicamente el honor de haber sido invitado a una tertulia compuesta de tan elevados miembros. Donde hay altura hay alegría, era por tanto una congregación jubilosa, lo cual siempre dilata el ánimo.
    Espero así gozar, y mucho, de su compañía en otra ocasión y que, como dice el secretario, el sector servicios no nos penalice por ello.

    Un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  9. Una vez más, llego el último.

    Si las próximas van a ser un tostonazo como la de ayer, conmigo no contéis. Menos mal que fuebaratitoalmenos.

    ¡Fernando! El día que vengan las becarias... comprobarás lo elevado de nuestros miembros. Para entonces espero haber encontrado una foto apañá de un tiralíneas y mandar mi pluma de paseo.

    Todavía tengo agujetas abdominales de tanto reírme. ¿Alguien ha sufrido efectos colaterales a las armejillas al ajillo-carbonara?
    Abrazos a todos.

    ResponderEliminar
  10. Y ¡tanto poeta, y tanto escribidor¡ ¡Y tanta reunión y tanta tertulia¡ y todo para...que algún día, sine die, el Jesús Cotta,comienze el primer verso hipotético, de un hipotético himno..y ello, lanzado al futuro ....

    Juer...que morroooooo

    ResponderEliminar
  11. ¡Última hora!
    Acaban de decirme que el novillo que nos jincamos era de la ganadería de Victorino Martín.
    No esperaba menos de La Monumental Clavada.
    Me quedo más tranquilo. Si es así, me parecerá incluso barato.

    ResponderEliminar
  12. ¿Y el pargo de dónde venía? Del acuario privado del difunto Jacques Cousteau? A ver si se puede confirmar eso para los que no comimos novillo.

    ResponderEliminar
  13. El pargo nos lo metió Mr. Bean doblao, como el vino, el novillo, las almejas... y esas huevas estaban hechas de goma arábiga, y no sigo. No me extraña que se cayera la plaza esa, menuda ruina. Un abrazo s/m

    ResponderEliminar