viernes, 1 de octubre de 2010

Acta de la tertulia del 29 de septiembre

El 29 de septiembre, a partir de las 20:30 de la noche, los señores Mercuriales comienzan a llegar al Fogón de Leña. Por allí aparecen Fernando Moral, José Manuel Gómez, Antonio Rivero Taravillo (que se estrena como contertulio), Alonso Coca, Jesús Cotta, José María Jurado, Alejandro Muñoz y el que suscribe, Juan Antonio González. Excusan su presencia Ramón Simón (por enfermedad familiar), José Miguel Ridao (motivos laborales), Aurora Pimentel (por la realización de un máster en Granada), Toi del Junco y Julio Ariza (por "jodienda bucal", excusa que dio lugar a diversas interpretaciones que, en aras del decoro, no serán publicadas). Al resto de los contertulios que no aparece se les anota la correspondiente falta sin justificar.
La velada es marco propicio para charlar sobre los temas más dispares. Tal vez los más exóticos fueron los momentos dedicados a hablar de los mamporreros electrónicos (alguien alude a la cría en cautividad del lince ibérico, cuyos machos son estimulados con electrodos) o a las desventuras del Potro de Vallecas y su paso por el mundo del porno.
El señor mantenedor, don José Manuel Gómez, propone un reto literario para los Mercuriales. Acordándose de unas palabras del fotógrafo del libro La Sevilla erótica, propone que todos escribamos un texto que comience o finalice con la frase "El mundo me aterra".
Jesús Cotta (cuyo aumento de biceps no fue tan visible como esperábamos) anuncia que el día 2 de octubre, festividad de los Ángeles, dejará de fumar.
Teniendo como contertulio a Antonio Rivero Taravillo, no pudimos menos que dedicar algunos minutos de charla al mundo anglosajón, a los celtas, gaélicos y demás convecinos. Fue en el fragor de la conversación cuando Fernando comentó la etimología británica de las islas Malvinas, o las (con perdón) "Islas de follar", dada la pronunciación británica (las fucklands). Se propuso este nombre como apelativo alternativo de la Isla de Siltolá.
Diversas anécdotas fueron apareciendo por la mesa, al tiempo que los ibéricos, carpaccios y carnes variadas. Así, José María Jurado se refirió a la invitación que don Pedro I el Cruel realizó a uno de sus soldados de confianza. Según costumbre de la época, los varones solían beber del agua donde se habían bañado las damas de la corte. A uno de sus soldados le propuso beber el algua de los Baños de doña María, en el Alcázar, mientras se bañaba la reina. El invitado objetó: "Majestad, no lo haré, vaya a ser que si me gusta la salsa, se me antoje la perdiz".
José Manuel Gómez comentó el que, probablemente, sea el intercambio epistolar más breve de la historia. Tras mandar Víctor Hugo el manuscrito de Los miserables a su editor y no obtener respuesta en varias semanas, le mandó una carta con este texto: "?". El editor le contestó con este otro: "!".
Otras anécdotas protagonizadas por Churchill o Valle-Inclán fueron referidas a continuación. No faltaron las ocurridas a los propios Mercuriales, como cuando Jesús Cotta comentó que Antonio Gala, en una ocasión, le había tocado el hombro mientras hacía pis.
Contrariamente a lo que cabría pensar, dado el historial de los Mercuriales, se habló mucho de literatura. Comentarios acerca de Pedro Sevilla, Eloy Sánchez Rosillo, Rafael Adolfo Téllez, Juan Goytisolo o Pepe Hierro fueron amenizando la noche. También fue un auténtico privilegio escuchar en persona a Antonio Rivero hablar de Cernuda. Fue Antonio, dado un comrpomiso ineludible al día siguiente en la feria Liber de Barcelona, el primero en abandonar la cena, repitiendo las famosas palabras del general MacArthur: "Volveré".
Comenzó entonces el turno de lecturas, si bien cuando todo estaba ya dispuesto, la sombra de Marilyn Monroe nos distrajo unos minutos (y una leve polémica acerca de las preferencias de cada cual entre la Monroe o Grace Kelly). Con todo, el mantenedor fue capaz de concitar la atención de los asistentes al sacar un volumen casi centenario (no huele como un ebook, comentó Fernando) y nos leyó dos artículos de Benavente, de una desacostumbrada lucidez. Al hilo, comentamos cuántas veces un prejuicio nos lleva a despreciar a ciertos autores que merecen un reconocimiento mayor.
Fernando Moral leyó a continuación una carta de James Joyce a su entonces novia Nora, de una crudeza extraordinaria. Se comentó también hasta qué punto es lícito airear la correspondencia íntima de los autores. A continuación, leyó algunos poemas propios.
José María Jurado leyó tres poemas en prosa, dedicados a Yeats, san Gabriel y Carlos Gardel. Nos anunció, asimismo, la inminente presentación de su poemario La memoria frágil en la Casa del libro de Sevilla.
Me tocó el turno y leí tres poemas, uno de los cuales es probable que aparezca próximamente en mi blog, según anuncié allí mismo.
Continuó Jesús Cotta que, en papel reciclado (con apuntes de Griego en el anverso), llevaba una colección de poemas que recitó y fueron comentados, entre sugerencias y, sobre todo, felicitaciones.
Dadas las dificultades de algunos contertulios para conciliar el horario laboral con el mercurial, con vistas a próximas tertulias, se acordó que para esta temporada iremos rotando el día de reunión entre lunes, miércoles y viernes. En esta línea, comenté que el día anterior, en la presentación de la Macedonia de rutas de Taravillo, Antonio Serrano Cueto había manifestado su deseo de asistir desde Cádiz a una cena mercurial. Comoquiera que José Manuel Benítez Ariza había comentado lo mismo tiempo atrás, consideramos que una de las próximas reuniones se hará en viernes para poder contar con ambos, ya que A.S.C afirmó que ambos podrían venir juntos.
Quedó pendiente de determinar el día exacto de la próxima tertulia, que se fijará una vez se cierre la fecha definitiva de la entrega de los Mercuriales de Plata, cuando fructifiquen las gestiones que el señor mantenedor está realizando.
Muchas otras anécdotas podrían referirse, pero el decoro vuelve a imponerse, así que no diremos quién se definió a sí mismo como falómano.
Tras el copago de la cena, los señores Mercuriales fueron despidiéndose, recordando a los ausentes y felicitándose por haber concluido una de las tertulias más literarias que se recuerdan en los últimos tiempos.
Pasaba la medianoche. Era ya 30 de septiembre. La huelga había terminado. Mercurió nos guió de vuelta a casa.
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16 comentarios:

  1. Un negro ayer vi en la sierra
    que tenía ganas de guerra.
    El mundo me aterra.

    Espléndida crónica, Juan Antonio. Dientes largos.

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  2. Me ha emocionado la referencia a Rafael Adolfo Téllez. Hace años (quizá muchos) fuimos algo amigos. Cito de memoria (por ello a lo mejor no es literal) unos versos suyos que me acompañan desde....

    Yo fui, durante muchas horas,
    buscando tu cuerpo entre los otros
    como si fueras cal húmeda, neblina
    o un rastro de lluvia en los espejos.
    Yo usé las palabras más duras en tu búsqueda


    (creo que algo falta o falla. La memoria y sus cosas)

    Un fuerte abrazo.

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  3. Bravo,

    bravo,

    bravo.

    Excelente crónica.

    Ay! lástima no asistir por esas cosas de la vida, de los hijos quiero decir.

    Un abrazo a todos. Besos para Aurora

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  4. Ridao, a bote pronto, vale, pero no te rpecipites. de eso también hablamos el miércoles.

    Juanma, ¿cuándo vendrás? Anda que ya te vale...

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  5. Te echamos de menos, Ramón. Joyce te echó la pata, pregúntale a Fernando por la carta...
    Un abrazo.

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  6. Acta impecable, como siempre. Quizás debería pormenorizar lo que dije en cuanto a las Falkland, y era que cualquier persona de mente enferma podría confundirse dada la similitud de pronunciación. Obviamente, a ninguno de los miembros asistentes se le podría pasar por la cabeza tal relación de ideas, qué duda cabe.

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  7. Ah, la carta se la pasaré por privado a Ramón, por no infringir los derechos de los herederos de Joyce, claro.

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  8. Vaya crónica, JA, qué pena no haber estado (y de máster nada, unas simples clases, un poquito de guasa hay, JA, eh?) Bueno, me hubiera encantado hablar con Taravillo de Irlanda, de Beara, veros y escucharos a todos, lo de la carta de Joyce, etc. La duda entre Marilyn y Grace no sé... pero ¿y entre Grace y Ava Gardner en Mogambo? Os dejo con esa elección para la próxima mercurialda. Espero no faltar, a ver si por fechas lo encajo. La envidia me corroe, es la pura verdad.

    Besos para todos, asistentes y ausentes.

    Aurora

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  9. Fernando, gracias por enviarme la carta privada de Joyce.

    Ah! Por cierto Juan Antonio, mi respuesta privada a esa carta la tiene Fernando.

    jaja.

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  10. Y mientras...el MÉNENDEZ...explicando en piquete informativo en prosa la huelga a los compañeros camareros del FOGÓN...¡¡ya les vale a los escrbidores poetas¡¡¡

    en fin....

    Besos a repartir....


    Pd. ¡ánimo al Cotta para dejar de fumar...que se puede¡¡¡

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  11. Amigos, me lo pasé en grande con vosotros y mejoré mucho mis versos gracias a vuestros comentarios.
    Mangeles, mañana será el gran día. Ya contaré.

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  12. Solo aclarar que Goytisolo salió de la tertulia peor parado que sus colegas.
    Como sigas redactando las actas tan bien, Juan Antonio, un día de estos cualquier editorial te ofrece la publicación de tu libro de actas.

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  13. Perdonad la intrusión, "mercuriales" pero después de leer la crónica, no he podido resistirme a felicitaros por esa tertulia que tanta envidia me provoca.

    Tengo relación epistolar con Javier y con Rivero Taravillo, pero os he leído a casi todos en vuestros blogs y en esa deliciosa colección de "Álogos", de Siltolá.

    Le envié a Javier una antología de lecturas que Javier reseña en su blog- para que os hiciera llegar un ejemplar a cada uno, porque me parecía que sabríais apreciarlo.

    Este es mi blog por si os apetece echarle un vistazo.
    http://eljuegodelataba.blogspot.com/

    Un abrazo para todos.

    Elías Moro

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  14. ¡¡Enhorabuena Menéndez por el nuevo libro de poesía¡¡¡ Supongo que poder acabar un libro debe ser algo especial...como un sueño hecho realidad...no sé...

    Muchas felicidades....y lo buscaré para las Navidades...

    BESOS

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  15. Elías:
    Disculpa que haya tardado tanto en contestarte. Bienvenido a este blog, como bienvenido serás a la tertulia el día que puedas pasarte por aquí. Javier no acudió, así que no nos pudo repartir los libros, que te agradecemos como si ya los tuviésemos en mano.
    Un abrazo mercurial.

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