martes, 14 de diciembre de 2010

Crónica de la Gala de entrega de los Premios "Mercuriales de Plata"

Mercuriales de plata

Alrededor de las 21:00 de la agradable noche sevillana del 11 de diciembre (el dios Mercurio nos había procurado una temperatura idónea para el acto), los señores mercuriales comenzaron a llegar al Hotel Las Casas del Rey de Baeza, en la calle Santiago. Para la ocasión, tras las oportunas gestiones de Amelia, el Hotel nos había preparado una zona dividida en tres partes: el "Salón de juegos", en el que se había dispuesto el mobiliario adecuado para la entrega de los premios, la "Biblioteca" (declarada -de forma un tanto alegal- zona de consumo de labores de tabaco) y la antesala de la misma; en estas dos últimas dependencias tuvo lugar el cóctel posterior a la entrega de los premios.
Entre los presentes, cabe destacar la elegancia generalizada de los mercuriales y, especialmente, de sus acompañantes, todas bellísimas; con su presencia y conversación la velada ganó muchos enteros.
Raquel, Esther, Maribel y Eva

Entre los caballeros primó la media etiqueta rebajada; la mayoría optó por chaqueta y corbata, aunque hubo también cuellos vueltos y chaquetas sin corbata. Ramón Simón, que había amenazado con acudir ora vestido de pirata, ora desnudo, acudió con un elegante terno azul marino y corbata a juego.Maribel, José Manuel, Lorenzo, Jesús, Ramón y José María

Con unos quince minutos de retraso con respecto al horario previsto, José Manuel Gómez Fernández comenzó con la presentación del acto, en la que hizo una glosa sobre la fundación de la Tertulia y expuso sus convicciones acerca de la vigencia hoy día de la tertulia literaria. A continuación, cedió la palabra a Juan Antonio González Romano, para que éste, a su vez, presentase al primero de los homenajeados, Antonio García Barbeito.
Antonio García Barbeito recoge el premio de manos de Juan Antonio

Tras recoger su premio, Antonio García Barbeito, muy agradecido, improvisó un discurso con las dosis justas de humor, profundidad y ternura, que dejó encantados a todos los asistentes. Comentó sus inicios en el campo, su pasión por jugar con la palabra, sus recelos iniciales al estar ante un grupo de profesores (cuando él siempre les tuvo un miedo ancestral), su labor en los medios de comunicación, excusa, afirmó, para poder escribir, que es su auténtica pasión. Sus palabras fueron ampliamente aplaudidas, con todo merecimiento.
Alonso, Julio, Jesús y Juan Antonio, escuchando a García Barbeito

A continuación, José Manuel Gómez cedió la palabra a José María Jurado para la presenatción del segundo de los galardonados, que mandó como representación a Antonio Gordo, al no poder acudir personalmente al acto. José María convocó al maestro Morante por medio de su discurso.

Carlos Gordo

Para finalizar el acto, José Manuel volvió a tomar la palabra; al parecer, dejó caer algo acerca de su cargo de mantenedor, pero ninguno de los presentes nos dimos por enterados. Ni nos daremos.
El dibujante Pablo Pámpano hizo entrega de sendos cuadros a los premiados y, tras esta entrega, comenzó el cóctel.
Cuadro de Pablo Pámpano, retrato del maestro Morante

Cerca de dos horas duró la tertulia posterior, con corrillos a cuál más interesante, especialmente los protagonizados por el premiado, Antonio García Barbeito, que hizo en todo momento gala de su generosidad, su cercanía, su inteligencia, su memoria poética, su personalísima voz.
Confidencias líricas: Antonio, Jesús, Fernando

Se comprometió a asistir a próximas tertulias e incluso -no sabes, Antonio, dónde te metes- a invitar a un cocido en su casa de Aznalcázar. Hay que destacar, igualmente, la amabilidad y simpatía de Mari Carmen, la mujer del homenajeado.
Antonio y Mari Carmen

Pasada la medianoche, fuimos abandonando el hotel, algunos camino de sus casas, los más en dirección al Louvre, cercano bar de copas donde se prolongó la charla durante casi un par de horas más.
Todo contribuyó a que la velada resultase impecable: la temperatura ambiente, la temperatura humana, la cordialidad reinante, el lugar (entre solemne e íntimo).
Pecaría de incompleta esta crónica si no mencionásemos los exquisitos manjares que nos prepararon, extraordinarios de ser cierta la máxima gracianesca de lo bueno, si breve, dos veces bueno. Hasta cinco veces bueno, diría yo. Ayer fue la demostración de cómo es posible adelgazar acudiendo a actos sociales.
Nada enturbió la noche. Lamentamos la ausencia de algún mercurial (José Miguel, que sea la última vez; Javier, estuviste presente en nuestros pensamientos), del mismo modo que alguno que otro lamentará, probablemente, no haber acudido a escuchar lo que allí se dijo. El conjunto de la noche fue, como queda dicho, difícilmente mejorable.

Foto de familia

Autor de las fotos, Toi del Junco.
Gracias, Toi.

Aquí, las palabras de José Manuel Gómez, el mantenedor.
Aquí, las palabras de Juan Antonio González, el secretario.
Aquí, las palabras de José María Jurado, el censor.
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lunes, 13 de diciembre de 2010

Discurso de presentación de la Gala "Mercuriales de Plata", por José Manuel Gómez Fernández

Señores premiados, señoras y señores mercuriales, invitados todos:
Mi nombre es José Manuel Gómez Fernández, Mantenedor de la tertulia literaria Los Mercuriales. Antes que nada, quiero agradecerles que hayan reservado la noche de hoy para acudir a esta tertulia extraordinaria en la que vamos a hacer entrega de los Premios Mercuriales de Plata, acto que espero sea de su agrado.
El Arte es como el sol; no hay uno para los pobres y otro para los ricos. Día llegará en que, como el sol también, su luz llegue por igual a todos; entretanto no se hable de arte barato, arte caro, arte grande y arte chico, porque el arte es o no es; no se falsifica con nada. Estas palabras del premio Nobel de Literatura de 1922, el español Jacinto Benavente, publicadas hace exactamente un siglo en la primera serie de sus interesantísimas crónicas de época tituladas De Sobremesa, pienso que cobran plena vigencia en el momento en que nos encontramos.
La cuestión que plantean inmediatamente las ideas de Benavente es ¿qué consideramos como arte? Sin duda, una modalidad artística apenas practicada en la actualidad es la de la tertulia literaria, espacio para la charla amena y seria sin las urgencias de la implacable prisa que tanto nos esclaviza.
La nuestra comenzó con un encuentro casual en la calle: el del ínclito profesor y escritor Jesús Cotta Lobato con el que les habla (aunque más que un encuentro fue un asalto por mi parte) una tarde de primavera del año 2008. Yo había conocido meses antes a Jesús virtualmente por una intervención suya en televisión en la que había presentado su ya famoso Topicario. En la fecha de nuestro encuentro (de mi asalto) estaba preparando la publicación de su blog (Los días de mis noches). Después ha sacado a la luz otros libros: la novela Las vírgenes prudentes, el poemario A merced de los pájaros, la antología de entradas de su blog titulada Apuntes y fuegos y el ensayo Ulises y las sirenas. En aquella época me rondaba ya la idea de establecer una tertulia de literatos de periodicidad mensual, y aquel encuentro me dio pie a proponérsela. Justo entonces contacté con el Ingeniero de Telecomunicaciones y poeta José María Jurado, actual Censor de la tertulia (autor de los libros Plaza de Toros y La memoria frágil y de las bitácoras La columna toscana y La gran temporada –esta última escrita en colaboración con Lorenzo Clemente-). Un servidor de ustedes sabía ya de los trabajos literarios de José María y no tuvo dudas al contar con él, y todo ello a raíz de otro encuentro casual (o quizás causal) con su mujer, Rocío, en una librería de nuestra ciudad.
Y empezamos así a rodar la tarde del 19 de junio de 2008 (si no me salen mal las cuentas). Jesús, José María, José Manuel… No estaba mal para empezar. Tres jotas iniciales de nuestros nombres, pero faltaban más jotas que se irían sumando a la iniciativa: la del profesor y escritor Juan Antonio González Romano, nuestro Secretario (autor del libro de poemas Señales de vida y del blog Ah de la vida, del que ha publicado recientemente en papel una antología titulada Alguien me responde); la del también profesor y escritor José Miguel Ridao (autor del blog Por estos andurriales, del cual ha salido para la imprenta su libro Blogueína)… Ya iban cinco jotas, un número perfecto, como el del jamón famoso de Jabugo. Pero faltaban más: el actual Director de Secundaria del Colegio Portaceli, Julio Ariza (con un libro actualmente en prensa y autor del blog Las hojas del roble), el escritor y editor Javier Sánchez (La vida al filo de la espada es el nombre de su bitácora), el crítico y profesor de secundaria y universidad José Manuel Rico, el editor Jabo Pizarroso… La lista de correo de este mantenedor (o mejor, pesao de manteneó) se llenó de nombres que empezaban por la letra jota. Más que Los Mercuriales nos debíamos haber llamado Los Joteros (o Los Jartibles de la Jota).
Pero, ¡oh, sorpresas del abecedario!, siguió aumentando la nómina de mercuriales y, en consecuencia, dimos entrada a otras letras: Ildefonso (o Alonso) Coca (escritor y profesor, responsable del blog Miradme al menos), Ricardo Arjona, Manolo Haro, el también profesor y escritor Alejandro Muñoz (otro bloguero indesmayable desde las páginas de Desde mi ventana), Aurora Pimentel (de cuyo blog, Máster en Nubes, ha editado una antología titulada Fernanda, las magnolias y el rey mago), el profesor Fernando Moral (creador del blog Vacío interior), el poeta y fotógrafo Ramón Simón (autor del poemario Sombras pequeñas y del blog del mismo nombre), el editor, escritor y traductor Antonio Rivero Taravillo (publicador del blog Fuego con nieve), el editor Diego Vaya, el fotógrafo Antonio del Junco (Toi)… Y lo malo (o lo bueno) era que casi todos los que entraban en la tertulia se quedaban, con lo que aquello se iba pareciendo peligrosamente a un congreso de blogueros más que a una modesta reunión de diletantes de la pluma.
Sí, habíamos constituido una tertulia de blogueros, o sea, de escribidores de blogs, que son esas páginas en las que muchos amantes de la creación artística volcamos nuestro mundo interior por puro entretenimiento. Así pues, éramos blogueros literatos (o al revés) con muchas ganas de charlar animadamente, de discutir y, sobre todo, de reírnos hasta de nosotros mismos.
Hay quien piensa que las nuevas tecnologías favorecen un aislamiento insano del individuo. En parte es cierto. Pero también puede la tecnología propiciar encuentros cara a cara muy enriquecedores. Nuestra tertulia es ejemplo de ello.
¿Tiene sentido una tertulia literaria en el mundo actual? Si consideramos que una tertulia es aquella reunión en la que se puede hablar de lo divino y de lo humano con un propósito de enriquecimiento y entretenimiento, dando lugar a interesantes debates en los que uno termina aprendiendo más de uno mismo, del mundo y de los demás para mejorarse, la respuesta es SÍ. Pero es éste un sí con matices. ¿Cuáles pueden ser esos matices?:
-Hoy no tenemos tiempo para nada.
-Hay uno en la tertulia al que no aguanto.
-Ese día juega mi equipo la Copa Tal.
-Mis hijos van a un cumpleaños, etcétera.
Y luego resulta que después de los compromisos de turno, el que ha empleado alguna de dichas excusas se traga dos horas de debate televisivo en el que los protagonistas son famosillos de turno que no han leído un libro en su vida.
Quizás el éxito de nuestra tertulia sea que sabemos escuchar, virtud muy importante para aprender, pues antes que hablar para soltar lo que uno ya sabe hay que pararse a saber qué es lo que los demás tienen que decir.
Hace unos meses, concretamente en la tertulia del mes de marzo último, decidimos los mercuriales –por iniciativa de Javier Sánchez Menéndez- darnos a conocer públicamente con la entrega de unos premios anuales, los Mercuriales de Plata, que nacen con el propósito de valorar la labor artística de personas de reconocido magisterio en su disciplina. En dicha reunión del 17 de marzo, tras las votaciones resultaron premiados, ex-aequo, Antonio García Barbeito y José Antonio Morante de La Puebla. Barbeito y Morante, maestros en sus artes, uno del arte de comunicar y otro del arte de torear. Celebramos hoy, pues, la entrega de dichos premios.

Foto de Ramón Simón
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Presentación de Antonio García Barbeito por Juan Antonio González Romano

Antes de esbozar unas palabras sobre nuestro primer galardonado, quería comenzar agradeciéndole enormemente su disponibilidad total con los Mercuriales. Desde que nos pusimos en contacto con Antonio García Barbeito hasta hoy, todo han sido facilidades. Y mira que lo hemos mareado con fechas. La de hoy me temo que te ha imposibilitado cumplir con tu deseo de venir con la montera de Curro Romero, pero Mario Vargas Llosa se te ha adelantado, y no ha llegado a tiempo de Estocolmo para dejártela para el acto de hoy.
Por tanto, vaya nuestro agradecimiento por delante.
Cuando me disponía a comenzar mi primer trabajo retribuido, en la provincia de Málaga (lejos de la casa de mi pueblo, Montellano, y de Sevilla -casi en el extranjero, como diría el añorado Garmendia-), mi tío Antonio, el Titi, me dio un consejo que siempre le agradeceré: allá donde vayas, di que eres sevillano y de pueblo. Con estos dos títulos tendrás mucho ganado.
No sé si a Antonio García Barbeito alguien le dio alguna vez un consejo similar, pero el caso es que es la mejor manifestación de la razón que tenía mi tío cuando me dijo aquellas palabras.
Antonio nació en Aznalcázar, el mismo año que lo hicieran Camarón de la Isla, Javier Salvago, Ana Rossetti o Luis Alberto de Cuenca. No fue mala cosecha la del 50, sin duda. A la misma quinta pertenece también Héctor Horacio Scotta, el Gringo Scotta, que a buen seguro hizo disfrutar de buenas tardes de sevillismo a nuestro homenajeado.
La infancia de Antonio transcurre en el campo. Abandona la escuela a los 14 años, como Miguel Hernández, para comenzar a trabajar en el campo -como el oriolano- a jornal, colaborando con su familia en labores de siembra y recolección (labores en las que ya había ayudado previamente a su padre durante las vacaciones y los fines de semana). A los diecisiete años se traslada a Gines, para trabajar en la Almazara de El Molino (Hacienda el Santo Ángel), actividad que complementa con el desempeño de diversos oficios: albañil, vendedor de aceite por las calles, camarero... En 1972 comienza su trabajo como oficinista de la Caja Rural, de donde pasa a otras entidades bancarias. A partir de noviembre de 1989 se incorpora a la oficina de prensa de la Radio Televisión Andaluza (RTVA) a las órdenes de Juan Luis Manfredi; desde entonces hasta hoy se dedica ya al periodismo y la escritura. Una labor periodística que comenzó allá por 1979 colaborando con el programa Cruz de guía de Radio Sevilla (Cadena Ser). De allí a Antena 3 Radio, la COPE, (donde se forjó su periodismo en las fraguas de Herreras y Herreros: Carlos Herrera, Antonio Herrero o Luis Herrero fueron sus jefes) u Onda Cero, donde sigue en la actualidad con una reflexión diaria en torno a las 9:30 de la mañana. La de ayer, precisamente, hablaba del campo, siempre su campo, maltratado así en la sequía como en la lluvia.
En cuanto a la prensa escrita, ha colaborado con El Correo de Andalucía, El Mundo, La Razón y ABC de Sevilla, donde trabaja desde 2007 hasta nuestros días con su columna diaria. También lleva uno de los blogs de la casa, “La tribu”. Es autor de cuentos, poemas, libros de viaje... Como periodista, ha escrito desde crónicas de flamenco a taurinas: un auténtico todoterreno. Y ha pregonado la semana santa, el fútbol o los toros.
Como sevillista (perdonen mis amigos del equipo equivocado), fue el pregonero del centenario de la entidad, con un discurso memorable, como aquellas alineaciones de sus años mozos que aprendió de memoria: Mut, Santín, Campanal, Valero, Ruiz Sosa, Achúcarro, Agüero, Diéguez, Antoniet, Pereda y Zsalay. Qué difícil es escribir versos de fútbol, maestro, y qué bien ganaste aquel partido.
Pero para versos, sin duda, los que nos regaló Antonio G.B el día de su pregón de la Semana Santa de Sevilla. Conste que, cuando los Mercuriales decidimos otorgarte esta distinción, el pregón aún no había sido pronunciado. Alguien pensará que lo nuestro fue una apuesta a ciegas, pero no: fue una apuesta sobre seguro: tal era el convencimiento de lo que aquel pregón nos podría deparar.
Porque si difícil es escribir versos de fútbol, más difícil es hacer un pregón de Semana Santa en Sevilla que no acuda ni a uno sólo de los tópicos (de contenido, pero también de rimas) que ya se han hecho insoport... perdón, imprescindibles, a juzgar de muchos, en el género sevillano por antonomasia. Y he aquí que nos regalaste tu pregón, el pregón de la duda, el del sevillano de a pie. Y qué valiente, maestro, al torear en aquel pregón por sonetos, evitando las rimas de siempre (¿qué se hicieron de aquellas terminaciones en “ena”, “anza”, “er”. ) o, cuándo se ha visto otra, versificando por alejandrinos blancos, para hablar de Dios y el campo, de tu Dios y tu campo: “yo he visto a Dios llorando por esos olivares….” Desde el “Parece que es la hora y no es la hora” hasta el “He dicho”, nos dejaste encantados, Antonio.
Hay que ser muy valiente y muy poeta -muy torero, en suma- para recitar en un pregón sonetos como éste:

Ni tú eres Dios ni yo soy el Diablo.
Somos hermanos en la misma Obra.
(Yo te mendigo Dios, si es que te sobra;
lo precisa el amor con que te hablo.)
No vengas a clavarme tu venablo
para aumentar mi duda y mi zozobra;
que Dios paga en Amor, y Dios no cobra
más que en Amor, amigo. Busca a Pablo.
El Dios que anda por mí, el Dios que digo
es un Dios de perdón, no de castigo;
y acaricia mi duda y no se espanta
de mis debilidades. No se aflige:
si ve que me equivoco, me corrige,
y si ve que me caigo, me levanta.

Cuando Javier Sánchez Menéndez le comunicó a Antonio García Barbeito que le habíamos concedido este premio Mercurial de Plata, él contestó: “¿A mí? ¿Pero yo qué he hecho?”. Has hecho poemas como este, Antonio.
Tras el Pregón, entre los más felices nos hallábamos los Mercuriales, que esperábamos mucha calidad en tu pregón y encontramos aún más calidad. Este es nuestro Barbeito, nuestro Mercurial de Plata.
Por todo ello, por tu amor al pueblo y al campo, por tu tesón, por tu valentía y por saber transformar en palabras todo ello, te entregamos hoy nuestro primer premio Mercurial de Plata.

Muchas gracias, Antonio.


Fotos de Ramón Simón
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Presentación de José Antonio Morante de La Puebla, por José María Jurado

Salve, Morante

Salve, Morante, yo te saludo como se saluda a los césares porque en un anfiteatro de las Galias has reclamado este año el trono del toreo eterno, sentado en aquella sillita de enea, cima de la gracia y del embrujo, donde antes se sentara Rafael el Gallo.
Salve Morante, morituri te salutant, los que vamos a morir te saludamos, nada quedará de nuestros afanes, el fuego devorador abrasará nuestras palabras y el viento del tiempo aventará nuestras cenizas, solo somos hombres, estelas en la mar, sombras de arena incapaces de luchar contra el cronómetro con sus pequeñas palabras, pero tú, José Antonio, has parado los relojes, has abolido el tiempo. Ocupas un lugar entre los escogidos.
¿Qué diríamos, humildes escribidores, si viéramos aparecer ahora entre nosotros a Homero, a Dante o a Virgilio con toda su majestad, con toda su grandeza? La admiración nos paralizaría. Pues no es menor hoy mi terror sagrado al hablar de ti, frente a ti, Morante de la Puebla.
Para Leonardo la pintura era una cosa mentale, tú sabes bien que el toreo está en la cabeza, como lo está en la memoria de los aficionados. Mientras exista el mundo, existirá el toreo, mientras exista el toreo, cosa mentale, perdurará Morante.
Nosotros moriremos, José Antonio, pero tú no y por eso los que vamos a morir te saludamos, porque te hemos visto caminar una tarde de abril con la vida echada sobre el capote hacia el negro chiquero ancho de la Plaza de Sevilla, que como todos los chiqueros de todas las plazas de toros del mundo comunica con el Hades, el Infierno al que sólo bajan los elegidos, y te hemos visto salir resucitado entre las orquídeas fucsias con que cada mayo enciendes la Plaza de Las Ventas, igual que hace Ceres cuando visita a su hija Perséfone y llena las praderas de gencianas rosas y mimosas amarillas donde se duerme el toro de la primavera.
No nacen mis palabras, casi sacrílegas, José Antonio, sólo de una admiración rendida, de aficionado que te sigue por las plazas y que se extasía con tu arte, que también, ¿se me nota demasiado? Yo me vuelvo loco cada vez que haces el paseíllo. Sino de la realidad contrastada de que no ha habido en la historia del toreo más allá de diez figuras que hayan dejado el rastro luminoso del cometa y tú eres una de ellas, José Antonio, tocado por la gracia, elegido de los dioses.
Recibir este don es una carga pesada y supone una responsabilidad tremenda, al Morante que quedará de perfil en la historia, como los reyes y los emperadores en las monedas, se superpone el Morante real de carne y hueso, el que debe soportar sobre su capa y su muleta el fuego del duende y el místico arrebato del valor.
Hoy celebramos al hombre y al torero, pero late en esta sala la memoria sagrada de los héroes. Entender esto es muy difícil, pienso que debe ser muy complejo para ti asumir tu forma humana, pero tú eres un hombre recto, humilde, inteligente, lo hemos visto en la plaza que es donde se ve a los hombres. Hace poco en una entrevista te preguntaban si el toreo era arte, no te limitaste a un “sí”, dijiste “sí, cuando se manifiesta en su plenitud”. Esto es más profundo de lo que parece, en estos días de acoso y derribo de la fiesta, tú señalas el camino de la excelencia y la liturgia, el lugar del rito y la belleza. La perfección. Porque el toreo puede ser muchas cosas, una danza, un combate, un juego, pero determinados seres elegidos con determinados toros elegidos, se unen para construir, en un tiempo que se sale del tiempo, en un presente perpetuo, el más bello poema, hecho de luz, de sangre, de color, de muerte y vida.
Quiero cimentar mis palabras con una breve teoría sobre tu arte, nuestra admiración irracional no nace solo de una fe incondicional, nace del conocimiento de la fiesta, de todas las tardes, de todas las plazas por las que te hemos seguido.
La tauromaquia moderna, antes de la verticalidad manoletina -con sus estragos y sus aciertos técnicos- nace con Joselito, Belmonte y Rafael el Gallo cuando se produce, además, la vinculación del toreo con las artes y la filosofía en la edad de platino de la cultura española.
Pienso que Morante es un océano donde confluyen estos tres ríos: su concepto del toreo participa de la naturaleza agónica de Juan Belmonte, con el que comparte seriedades y ensimismamientos, lo hemos visto en su lucha trágica contra el infierno arrodillado de la puerta de toriles una tarde de abril en Sevilla o en la corrida de la Beneficencia de Madrid en la que vio pasar uno tras otro, hasta el último y glorioso, la camada completa de los toros de Gerión que combatiera Hércules. Y sin embargo, en ambos casos se nos apareció finalmente transverberado en Joselito: en aquella tarde histórica de Sevilla recibió al toro con unas verónicas de mano tan baja que parecían derechazos poderosos, instrumentados por la inmensa sabiduría de José que siempre está en el conocimiento de su muleta.
Recuerdo que la tarde de la Beneficencia vimos a Morante, querido Antonio Barbeito, como al Cristo de la Piedad del Baratillo entre sus banderilleros, así de roto iba hacia el trasmundo y reluciente salió para dar valor artístico al misterio de vivir con la muerte y la muleta en la mano. Cual Joselito en su gloria.
Morante, como esa tarde, es además el banderillero más puro, su poder en las banderillas es el de Joselito porque hace la suerte clásica y sale andando de la cara del toro, pero cuando ejecuta el par al quiebro -de sabor tan antiguo- sólo podría ser de Rafael el Gallo, el divino calvo que invento tres cuartas partes de las suertes modernas con la gracia suprema de Andalucía..
José Antonio Morante de la Puebla: la Santísima Trinidad del Toreo, transfigurado en Madrid y Sevilla.
Cuando veo fumarse un habano a Morante, sueño que es un torero de ultramar, por ejemplo en la tarde de miel y oro del último Domingo de Resurrección: miles de palomas torcaces pidieron el laurel para el torero que, como un orfebre mágico, había labrado, muy despacito, en su pequeño taller de albero y gracia, una pieza lenta para el recuerdo, una suave guajira mecida en la muleta con el duende barroco de una bambalina bordada por Rodríguez Ojeda. Todo lo hizo bien, todo pausado, como en un telar. Y en ese misterioso compás, y en esa exacta cadencia y en el eterno desplante capaz de adormecer el tiempo se veían viejos galeones y toreros antiguos y músicas extrañas y flores remotas. Porque así, frente a las dóciles astas de una muerte dormida se revelaba, otra vez -Resurrección- el fondo del dilema: ¿Se puede prohibir la belleza?

Fotografía de Ramón Simón
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sábado, 11 de diciembre de 2010

Entrega de los Mercuriales de plata

El próximo sábado, 11 de diciembre de 2010, la tertulia "Los Mercuriales" hará entrega de los Premios Mercuriales de Plata a Antonio García Barbeito y José Antonio Morante de La Puebla.
El acto se celebrará a las 21:30 en el hotel de Las casas del rey de Baeza, de Sevilla.
La presentación del acto será realizada por el fundador y mantenedor de la Tertulia, José Manuel Gómez Fernández, con la colaboración de José María Jurado y Juan Antonio González Romano.

José Luis Montoya, en el ABC de Sevilla, se refiere a este acto.
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domingo, 28 de noviembre de 2010

Acta de la tertulia del 24 de noviembre

El 24 de noviembre de 2010, a las 20:30, los señores mercuriales comienzan a llegar al Fogón de leña, sede habitual de las tertulias. Por allí van apareciendo Ramón Simón, Jesús Cotta, José Manuel Gómez -"el mantenedor"-, Fernando Moral y Alejandro Muñoz, además del que suscribe. Al poco de comenzar la cena, nos hizo una visita Javier Sánchez Menéndez, que compartió jugosos minutos de conversación, en especial los dedicados a comentar las fotos en Isla Mágica de José María Jurado (que se excusó minutos antes por su no asistencia), Pablo Pámpano y los ya citados Jesús y Javier, publicadas en el blog de este último los días previos a la tertulia. También nos enteramos de la existencia de interesantes fotos no publicadas (tal vez, impublicables).
Llegó el turno de pedir la comida. Algunos nos decantamos por el arroz con níscalos, otros por el habitual solomillo de novillo a la piedra, alguno por el pescado y Ramón Simón, que decía no saber si carne o pescado, acabó pidiendo albóndigas de cordero (es decir, ni carne ni pescado).
Al hilo de la seguidilla que Fernando había publicado sobre las dos lunas, se inició un debate sobre escritura e interpretación. Ramón afirmó que "el poeta escribe y el lector interpreta lo que le da la gana". Se habló sobre que no todas las interpretaciones tienen por qué ser válidas y algún mercurial puso como ejemplo los comentarios acerca de la homosexualidad de Gilda que José Luis Garci y Juan Manuel de Prada plantearon en una tertulia televisiva. Sin comentarios.Por aquellos momentos, José Miguel Ridao, que también confirmó su ausencia vía sms minutos antes de comenzar la cena, mandó unos ridaikus vía móvil. El primero se refiere a la ausencia de Aurora Pimentel, única fémina habitual en la tertulia:

Muchos cipotes,
una sola almejilla,
y hoy ni eso.

La dos siguientes se refieren al Premio "Mercuriales de plata":

García Barbeito,
Morante de la Puebla,
¡dónde se meten!

Premios de plata,
sandalias de hojalata.
Mercurio tieso.

Continuó la tertulia comentando casos de erratas en libros de poesía. Así, Javier, comentó cómo mandó publicar una reedición de Tiempo muerto, de Elías Marchite, por una errata de concordancia en el primer poema, "unas oposiciones aprobada". Se comentó también aquella fe de erratas de un libro que decía: "donde dice dice debe decir debe decir", que le escuché a Juan Lamillar el día de la presentación de la Macedonia de rutas de Antonio Rivero Taravillo.Luego se habló de cómo llegó cada uno a la lectura, quién a través de los cómics, quién a través de bestesellers (como Viven, según confesó Alejandro), quién a través de libros de Planeta Agustini (sic), como afirmó Ramón Simón, que añadió poco después el celebrado aforismo de que "el arte de la seducción del hombre consiste en saber escuchar", replicado por Alejandro: "el arte de la seducción está en la mujer". No menos comentada fue la afirmación del impar Ramón, al afirmar que el poeta debe saber ver "la línea vertical del horizonte".
A la hora de las copas, se produjo una conversación inolvidable entre Fernando y el camarero:

Fernando: A mí me pone una infusión de Ballantine's.
Camarero: ¿Con limón?
Fernando: Por supuesto.

Antes de su precipitada marcha, Javier nos comentó que, con motivo de su cumpleaños (que se celebraba al día siguiente) había recibido 103 libros a modo de regalo, incluido uno de Mari Trini. Nos glosó muy encarecidamente una edición de haikus, cosido con hilo de nácar, en papel seda, edición multilingüe: una auténtica joya.Tras la marcha de Javier, Ramón comentó la presencia de los mercuriales en Sevillapedia y me agradeció la iniciativa.
Posteriormente, se comentaron los pormenores del acto de entrega de los premios "Mercuriales de plata", que se conocerán tras el correspondiente acto en la noche del once de diciembre.También se aprobó la creación de un Premio de literatura tabernaria, cuyas bases se harán públicas toda vez que se concreten determinados aspectos que aún quedan por perfilar.En el turno de lecturas, pasada ya la medianoche, Ramón llevó poemas del libro Esa luz que nos quema de José María Millares (ed. Barataria) y luego leyó textos propios. Jesús leyó un soneto blanco y otro clásico; Alejandro, moleskin en mano, nos deleitó con las últimas peripecias de su alter-ego sueco; yo leí también algunos sonetos de diverso corte.
Y así, tras diversos comentarios, algunos de ellos difícilmente publicables una vez pasados los efectos de la ingesta de alcohol, se dio por terminada la tertulia, camino de la una de la madrugada.
Al salir de nuevo a la calle, la noche parecía fría. Ninguno nos dimos cuenta.

Fotos: Alejandro Muñoz y Fernando Moral,
aprendices en el taller de Ramón Simón.
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lunes, 15 de noviembre de 2010

El premio



En la imagen, estatuilla del Premio Mercurial de plata, la sandalia alada del dios Mercurio. Se trata de un diseño original de Raquel Maireles y Gonzalo Conradi. La interpretación y la ejecución de la obra corresponden al artista cordobés Manolo Cachinero.

La entrega de premios "Mercuriales de plata 2010" tendrá lugar el próximo sábado 11 de diciembre, en el hotel Casas del rey de Baeza, de Sevilla.

martes, 26 de octubre de 2010

Acta de la Tertulia del 25 de octubre de 2010








En el Fogón de Leña, a partir de las 20:30 de la noche, comienzan a llegar los Mercuriales, hasta un total de siete: Aurora Pimentel, Julio Ariza, José Manuel Gómez, Jesús Cotta, Alonso Coca, Fernando Moral y el que suscribe. Excusan su asistencia debidamente Toi del Junco, Ramón Simón, José María Jurado y Alejandro Muñoz, además del trabajador nocturno José Miguel Ridao.


La velada, tras los saludos y cervezas iniciales (más cervezas que saludos, que fueron muchos), comienza con el reparto por parte de Julio Ariza de unos ejemplares que le había hecho llegar Javier Menéndez de parte de Elías Moro (dejo aquí unos segundos para que el lector tenga tiempo de entender el galimatías), la Antología del Aula Literaria Jesús Delgado Valhondo, una antología de textos de escritores actuales seleccionados por el propio Elías Moro. una auténtica joya de libro. Gracias, gracias, Elías. Te esperamos por aquí con los brazos abiertos.

A continuación, Aurora obsequia a los Mercuriales allí presentes con unas "frigopoesías", imanes con textos para componer poemas y adherirlos al frigorífico. Un detalle muy simpático que encandiló a los allí presentes.

Tras recordar a los ausentes (especialmente elogiosas fueron las palabras dedicadas a exaltar las entradas del apócrifo sueco de Alejandro Muñoz en su blog), se comenzó comentando el proyecto del Quijote 2.0, en el que ya han participado algunos de los Mercuriales. La obra de Cervantes ocupó los minutos siguientes de la tertulia.
Sin que seamos capaces de determinar el porqué, la conversación derivó hacia el tema de las serranas, extrañamente ausente en reuniones mercuriales previas. De allí se pasó a hablar de tocas, velos, yihabs, alzacuellos y celibato; fue entonces cuando Aurora pronunció la primera perla de la noche, "El sexo está sobrevalorado", axioma que algunos no acabaron de digerir. La misma Aurora continuó y llegó a afirmar que "las revistas femeninas han hecho mucho daño", frase que, esta sí, fue ampliamente aplaudida por el resto de la concurrencia.
Variopintos asuntos fueron sucediéndose: la ley del tabaco, los especímenes que pululan por los centros de adultos un viernes por la noche, la vista cansada (también conocida como presbicia o llamada por Fernando -por aquello de dónde hay que colocar los papeles para poder leerlos- "lectura genital"; Alonso apostilló: "nada más que se ven bultos"). Otra frase memorable fue "Mientras haya inglés no habrá esperanto" (Fernando).
Aurora realizó un encendido elogio de Urueña, así como del vino que nos acompañaba, "Quinta de Tarsus", un Ribera de Duero que hizo las delicias de los comensales. A los postres, la misma Aurora agradeció a los Mercuriales haberle descubierto el vodka caramelizado. El decoro impide dejar constancia del número de chupitos que tomó.
Llegado el turno de lecturas, el que suscribe anunció la inmminente entrada en prensa de su próximo libro, Olvidados inolvidables, en Sim Libros, una preciosa edición a color de la que ya se están corrigiendo galeradas. Leí la historia de Matías Herrador, poeta existencial, inspirada en el padre de Alonso Coca.
José Manuel Gómez leyó unos interesantes poemas de José Marín Morón y Fernando Moral repartió fotocopias del ejemplar de la revista Lola donde Gerardo Diego anuincia el inicio de la preparación del tricentenario de Góngora. También leyó un breve poema de título redundante, según su propio autor, "Queja poética". Para finalizar, por falta de tiempo (los camareros ya vestían ropa de calle), Jesús Cotta leyó un imaginativo anuncio poético para reclamar becarias.
Se acordó que el próximo 26 de noviembre, viernes, se celebrará -al fin- la entrega de los premios Mercuriales de Plata; con carácter previo habrá que realizar una nueva reunión, en este caso de trabajo, para concretar todos los pormenores del acto, con perdón.
Pasada media hora del 26 de octubre, los señores Mercuriales comienzan a recogerse. En sus manos, fotocopias, libros, regalos poéticos. En su corazón, el sentimiento de la amistad compartida.
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viernes, 1 de octubre de 2010

Acta de la tertulia del 29 de septiembre

El 29 de septiembre, a partir de las 20:30 de la noche, los señores Mercuriales comienzan a llegar al Fogón de Leña. Por allí aparecen Fernando Moral, José Manuel Gómez, Antonio Rivero Taravillo (que se estrena como contertulio), Alonso Coca, Jesús Cotta, José María Jurado, Alejandro Muñoz y el que suscribe, Juan Antonio González. Excusan su presencia Ramón Simón (por enfermedad familiar), José Miguel Ridao (motivos laborales), Aurora Pimentel (por la realización de un máster en Granada), Toi del Junco y Julio Ariza (por "jodienda bucal", excusa que dio lugar a diversas interpretaciones que, en aras del decoro, no serán publicadas). Al resto de los contertulios que no aparece se les anota la correspondiente falta sin justificar.
La velada es marco propicio para charlar sobre los temas más dispares. Tal vez los más exóticos fueron los momentos dedicados a hablar de los mamporreros electrónicos (alguien alude a la cría en cautividad del lince ibérico, cuyos machos son estimulados con electrodos) o a las desventuras del Potro de Vallecas y su paso por el mundo del porno.
El señor mantenedor, don José Manuel Gómez, propone un reto literario para los Mercuriales. Acordándose de unas palabras del fotógrafo del libro La Sevilla erótica, propone que todos escribamos un texto que comience o finalice con la frase "El mundo me aterra".
Jesús Cotta (cuyo aumento de biceps no fue tan visible como esperábamos) anuncia que el día 2 de octubre, festividad de los Ángeles, dejará de fumar.
Teniendo como contertulio a Antonio Rivero Taravillo, no pudimos menos que dedicar algunos minutos de charla al mundo anglosajón, a los celtas, gaélicos y demás convecinos. Fue en el fragor de la conversación cuando Fernando comentó la etimología británica de las islas Malvinas, o las (con perdón) "Islas de follar", dada la pronunciación británica (las fucklands). Se propuso este nombre como apelativo alternativo de la Isla de Siltolá.
Diversas anécdotas fueron apareciendo por la mesa, al tiempo que los ibéricos, carpaccios y carnes variadas. Así, José María Jurado se refirió a la invitación que don Pedro I el Cruel realizó a uno de sus soldados de confianza. Según costumbre de la época, los varones solían beber del agua donde se habían bañado las damas de la corte. A uno de sus soldados le propuso beber el algua de los Baños de doña María, en el Alcázar, mientras se bañaba la reina. El invitado objetó: "Majestad, no lo haré, vaya a ser que si me gusta la salsa, se me antoje la perdiz".
José Manuel Gómez comentó el que, probablemente, sea el intercambio epistolar más breve de la historia. Tras mandar Víctor Hugo el manuscrito de Los miserables a su editor y no obtener respuesta en varias semanas, le mandó una carta con este texto: "?". El editor le contestó con este otro: "!".
Otras anécdotas protagonizadas por Churchill o Valle-Inclán fueron referidas a continuación. No faltaron las ocurridas a los propios Mercuriales, como cuando Jesús Cotta comentó que Antonio Gala, en una ocasión, le había tocado el hombro mientras hacía pis.
Contrariamente a lo que cabría pensar, dado el historial de los Mercuriales, se habló mucho de literatura. Comentarios acerca de Pedro Sevilla, Eloy Sánchez Rosillo, Rafael Adolfo Téllez, Juan Goytisolo o Pepe Hierro fueron amenizando la noche. También fue un auténtico privilegio escuchar en persona a Antonio Rivero hablar de Cernuda. Fue Antonio, dado un comrpomiso ineludible al día siguiente en la feria Liber de Barcelona, el primero en abandonar la cena, repitiendo las famosas palabras del general MacArthur: "Volveré".
Comenzó entonces el turno de lecturas, si bien cuando todo estaba ya dispuesto, la sombra de Marilyn Monroe nos distrajo unos minutos (y una leve polémica acerca de las preferencias de cada cual entre la Monroe o Grace Kelly). Con todo, el mantenedor fue capaz de concitar la atención de los asistentes al sacar un volumen casi centenario (no huele como un ebook, comentó Fernando) y nos leyó dos artículos de Benavente, de una desacostumbrada lucidez. Al hilo, comentamos cuántas veces un prejuicio nos lleva a despreciar a ciertos autores que merecen un reconocimiento mayor.
Fernando Moral leyó a continuación una carta de James Joyce a su entonces novia Nora, de una crudeza extraordinaria. Se comentó también hasta qué punto es lícito airear la correspondencia íntima de los autores. A continuación, leyó algunos poemas propios.
José María Jurado leyó tres poemas en prosa, dedicados a Yeats, san Gabriel y Carlos Gardel. Nos anunció, asimismo, la inminente presentación de su poemario La memoria frágil en la Casa del libro de Sevilla.
Me tocó el turno y leí tres poemas, uno de los cuales es probable que aparezca próximamente en mi blog, según anuncié allí mismo.
Continuó Jesús Cotta que, en papel reciclado (con apuntes de Griego en el anverso), llevaba una colección de poemas que recitó y fueron comentados, entre sugerencias y, sobre todo, felicitaciones.
Dadas las dificultades de algunos contertulios para conciliar el horario laboral con el mercurial, con vistas a próximas tertulias, se acordó que para esta temporada iremos rotando el día de reunión entre lunes, miércoles y viernes. En esta línea, comenté que el día anterior, en la presentación de la Macedonia de rutas de Taravillo, Antonio Serrano Cueto había manifestado su deseo de asistir desde Cádiz a una cena mercurial. Comoquiera que José Manuel Benítez Ariza había comentado lo mismo tiempo atrás, consideramos que una de las próximas reuniones se hará en viernes para poder contar con ambos, ya que A.S.C afirmó que ambos podrían venir juntos.
Quedó pendiente de determinar el día exacto de la próxima tertulia, que se fijará una vez se cierre la fecha definitiva de la entrega de los Mercuriales de Plata, cuando fructifiquen las gestiones que el señor mantenedor está realizando.
Muchas otras anécdotas podrían referirse, pero el decoro vuelve a imponerse, así que no diremos quién se definió a sí mismo como falómano.
Tras el copago de la cena, los señores Mercuriales fueron despidiéndose, recordando a los ausentes y felicitándose por haber concluido una de las tertulias más literarias que se recuerdan en los últimos tiempos.
Pasaba la medianoche. Era ya 30 de septiembre. La huelga había terminado. Mercurió nos guió de vuelta a casa.
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martes, 29 de junio de 2010

La camisa

Aquí la famosa camisa de Fernando Moral. La foto, gentileza del mercurial Ramón Simón.
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domingo, 27 de junio de 2010

Acta de la tertulia del 24 de junio

En la ciudad de Sevilla, en el Hotel de las casas del rey de Baeza, a las nueve y media de la noche, se reunieron los Mercuriales en su encuentro mensual. Asistieron los artistas (poetas, fotógrafos, prosistas: gentes de mal vivir) Jesús Cotta, Alonso Coca, Fernando Moral, Julio Ariza, Alejandro Muñoz, José Miguel Ridao, Ramón Simón, José María Jurado, Aurora Pimentel, Toi del Junco y el que suscribe, Juan Antonio González. Anotamos la falta, por primera vez desde la institución de la tertulia, del mantenedor de la misma, José Manuel Gómez, por cuestiones de índole personal.
Tras una cerveza en el salón colindante a la Biblioteca donde se celebró la cena, (brillantemente iluminado por la camisa de Fernando Moral) pasamos al interior de la misma y, entre manjar y manjar, se fueron tratando diversos temas, algunos de tipo práctico (ciertos pormenores acerca de la entrega de premios que se celebrará, si nada lo impide, durante el mes de octubre), la mayoría de tipo ontológico. Sirvan de ejemplo algunas de las frases que se pudieron escuchar:
"La muerte es un problema" (Jesús Cotta)
"Ulises y las sirenas" (el último libro de Cotta) "es como un polvete, aquí te pillo aquí te mato "(Ramón Simón).
"Yo era un hombre infelizmente casado" (Ramón Simón), a lo que Julio Ariza apostilla: "Valga la redundancia".
"Allí hacía más calor que follando en agosto en un sofá de escai"(Alonso), con apostilla del que suscribe, "junto a la puerta de un horno abierto del Pizza Hut".
"Yo soy musulmán" (Ramón Simón). Contestación de Aurora: "¡Qué vas a ser tu musulmán..." y continúa Alejandro "si publicas en Númenor".
"Esto se enfría" (referido a la comida), "pero Ramón lo calienta" (José María Jurado)
"Do you want a revolcón vith me behind the matorral?" (Alonso Coca)
"Se puede ser republicano porque sólo Cristo es rey" (Jesús Cotta, siguiendo a Savonarola)
Estas frases fueron salpicando diversas conversaciones sobre los más variados temas; también cabe reseñar que Ramón Simón salió al cuarto de baño y regresó con un rollo de papel higiénico. Y creo recordar que, antes de pasar a la lectura de textos, se habló algo acerca del burka.
En la lectura de textos intervinieron Ramón Simón (con la traducción de un poema de Hopkins, leído posteriormente en su lengua natal por Riado), Toi (que leyó unas letras de canciones que resultaron ser de Joan Manuel Serrat), Fernando Moral (que planteó el poema-concurso "Doble lira", que publicó al día siguiente en su blog), José María Jurado (con textos de homenaje a Velázquez y Pushkin) y yo mismo (con un relato breve).
Posteriormente, pasamos a la azotea del hotel, junto a cuya piscina tomamos la última copa de la noche. Las vistas a esa hora eran espectaculares; a un lado, el puente del alamillo; al otro, se divisaba el cuerpo superior de la Giralda. El camarero nos rogó comedimiento en el regocijo (los huéspedes del hotel ya dormían a esas horas y había ventanas muy cecanas a nuestra ubicación) pero no nos puso hora de cierre ("A las ocho llega la limpiadora", fueron sus palabras , a lo que José María preguntó: "¿Está buena?").
En la azotea continuaron las lecturas: Julio con un homenaje a los Mercuriales, Aurora con un texto de Francisco Silvela (de su Arte de distinguir a los cursis) y Ridao con un poema propio.
Entre charlas, comentarios acerca del pie prensil de Ramón Simón y chanzas varias, a las dos de la mañana dimos por concluida la reunión, última de la temporada, y nos despedimos hasta septiembre.

lunes, 17 de mayo de 2010

Acta de la tertulia del 12 de mayo

El doce de mayo de 2010 se celebró la tertulia mensual de Los Mercuriales, en el Fogón de Leña, con la asistencia de Aurora Pimentel, Alonso Coca, Julio Ariza, José Manuel Gómez, José Miguel Ridao, Alejandro Muñoz, Ramón Simón, Juanma de la Torre, Jesús Cotta, Juan Antonio González, Javier Sánchez, Fernando Moral y Antonio del Junco, "Toi", que se estrenaba como invitado. Acabada la velada, se aprobó por aclamacion su incorporación como mercurial de pleno derecho, aunque el susudicho creyó que era broma que le correspondía pagar la cena.
Al inicio de la jornada, Javier llamó por teléfono a José María Jurado, para celebrar su reciente paternidad. Todos los asistentes nos pusimos al aparato (con perdón) para transmitirle la enhorabuena.
Tras un canto a coro del anuncio de "Bic cristal-bic naranja" (motivado por el modelo de bolígrafo que portaba Jesús Cotta) continuó la noche con la elección del diseño definitivo del premio "Mercurial de plata", que se entregará el próximo 24 de junio, en principio en el Hotel de las casas del rey de Baeza. Para dicho acto, se comentaron diversos pormenores. Así, ante la propuesta de que todos los mercuriales acudiesen al acto (con perdón) vestidos de blanco, se desestimó tal idea, y se decidió indumentaria libre. También por unanimidad incuestionable (que alguien me corrija si me equivoco, ejem, ejem), se decidió que los señores mercuriales podrían acudir a dicho acto acompañados por sus legítimas o por la persona que deseasen.
Antonio del Junco, "Toi", comentó detalles acerca de su próxima exposición de fotografías para el Metro de Sevilla, y pidió la colaboración de los Mercuriales con textos que ilustrasen las imágenes.
A medida que la velada transcurría, pudieron escucharse curiosas frases, como alguna de Aurora ("Javier, la tuya es más grande que la de Jesús") u otra de Ramón ("Jesús la tiene mayormente detrás"). Conste en acta la actitud sorprendentemente comedida de Ramón a lo largo de toda la noche.
Tras los postres, comenzó la lectura de textos propios y ajenos de los contertulios: dos poemas de Jesús Cotta; una entrada bloguera de José Miguel Ridao; un texto de Manuel Benítez Carrasco leído por el mantenedor, José Manuel Gómez; la última entrega de los poetas apócrifos de Juan Antonio González, una entrada (inusitadamente corta) del libro de Aurora Pimentel, un texto propio de Fernando Moral, así como unas letrillas de Victoriano Martínez Muller leídas por el propio Fernando.
Ronda de copas de despedida, salida pausada del restaurante. Los contertulios se encaminan hacia sus respectivas casas. Pequeños grupitos se van dispersando aquí y allá. La noche oculta las últimas confidencias. Acabamos de vivir, una vez más, por unas horas, una sensación parecida a la felicidad.
La vida nos aguarda.

En la imagen, el boceto del premio Mercurial de plata, la sandalia alada de Mercurio. Diseño original de Raquel Maireles y Gonzalo Conradi. Interpretación y ejecución de la obra realizada por el artista cordobés Manolo Cachinero.
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viernes, 16 de abril de 2010

Acta de la tertulia del 14 de abril

El pasado miércoles se celebró la última reunión de Los Mercuriales en un restaurante de la capital hispalense. Notarán que, a diferencia de otras actas, en ésta no aparece el orden de llegada de tan ilustres componentes porque, por ausencia del secretario, le tocó redactarla al último en llegar, el abajo firmante... ¡vayan haciendo apuestas!

Asistieron los señores José Manuel Gómez (manteneó), Javier Sánchez, José Miguel Ridao, Julio Ariza, Alonso Coca, Alejandro Muñoz, Fernando Moral y Ramón Simón.
Excusaron su asistencia los poetas Jesús Cotta, Juan Antonio González Romano (espero que sea la última vez) y José María Jurado... a quienes se les recuerda su obligación de presentar el justificante que les libre de pagar la próxima convidá.

Tras los entrantes (surtido ibérico, revuelto y huevos fritos con chanquetes) se sirvieron los platos fuertes. No sólo de solomillo de atún, novillo y entrecot vive un mercurial; por eso debimos tomar, en democrática votación, la importante decisión sobre qué motivo protagonizaría el "Mercurial de Plata" que se entregará a los señores García Barbeito y Morante de la Puebla el próximo junio. Pesó mucho la responsabilidad pues... a saber qué ilustres personalidades no estarán ahora mismo haciendo sitio en su vitrina a la espera de las próximas ediciones. Para mantener la intriga hasta el último momento, sólo desvelaré que la idea ganadora lo hizo por cinco (cuidadín Ridao) votos a tres. El siguiente paso será aprobar el diseño definitivo.

El señor Sánchez adelantó a los presentes algunos detalles de la presentación del libro "Plaza de Toros" de nuestro compañero José María Jurado que, sin adelantarles nada, les digo que estará a la altura del poeta, su libro y La Fiesta. También se comentaron detalles de las conversaciones mantenidas con el hotel donde se hará el acto de entraga de la primera edición de nuestros premios, que debe ir preparándose para la avalancha mediática que se le avecina. La presentación correrá a cargo del mantenedor, y fundador de la tertulia, José Manuel Gómez.

La cena se desarrolló en el cordial ambiente que preside estas tertulias. Hubo anécdotas literarias relacionadas con la compra de libros antiguos: como la primera edición de "Platero y yo", de Calleja, por la que Javier ha pagado un ojo de la cara; la conveniencia de presentarnos a coro a un concurso literario sobre parafilias sexuales; la posibilidad de realizar otra entrada conjunta inspirada en una fotografía de Ramón Simón; las "pajas mentales" de viejos poetas; los ingenuos alumnos de Fernando Moral que dieron con su blog... y otras menos literarias como la discusión sobre los "dos rombos" de nuestra infancia que derivó en tertulia taurina o las protagonizadas, como siempre, por el sin par Ramón.

Cómo no, hubo lecturas literarias propias a cargo de Julio Ariza y José Miguel Ridao e impropias como la que hizo José Manuel Gómez de un texto del escritor Rafael Cansino Assens... aunque las más comentadas fueron la camisa (Al natural) del poeta Simón y el anónimo exabrupto que irrumpió en el reservado.
Si no fueron más las lecturas... sólo cabe culpar la racanería de los camareros para servir los combinados, que imposibilitó el lanzamiento al vacío de otros participantes.

Antes de dar por concluida la reunión se procedió a fijar la fecha de la próxima tertulia y, como suele quedar escrito al final de cada acta, cabe suponer que cada componente se dirigió a su casa por el camino más corto... pese a los clubes de alterne que hay en la misma calle.

Alejandro Muñoz
Secretario en funciones

miércoles, 7 de abril de 2010

Ramiro



Ramiro es duro: trabajó varios lustros en los astillleros y allí llegó a la más profunda de las nadas. Un ERE lo mandó a la calle después de años de lucha y llamas en el Puente Carranza.
Algunas noches, cuando está solo, lo he visto llorar

Comente esta fotografía de Ramón Simón

Tus ojos han visto más mar que todos los peces del mundo. Tu espalda, encorvada por el peso de la cruz, sostiene aún el árbol nudoso que parió tu madre en edad antigua. Tu rostro..., ¡cuesta tanto mirar tu rostro!

viernes, 19 de marzo de 2010

Acta de la tertulia del 17 de marzo

A partir de las ocho y media de la tarde del 17 de marzo de 2010, los señores mercuriales comenzaron a llegar al restaurante Puerta Caleta, sito en la calle de Camilo José Cela. Anotamos en esta acta la presencia, por orden de aparición, de José Manuel Gómez (mantenedor), Fernando Moral, Juan Antonio Glez. Romano, Javier Sánchez Menéndez, Jesús Cotta, José Miguel Ridao, Ramón Simón y Julio Ariza.
Tras las cervezas de rigor, de pie junto a la barra del restaurante, pasamos a ocupar una mesa al fondo del salón. Javier Sáncehz se encargó de solicitar los entrantes, entre los que destacaron los flamenquines de espinacas y la tortilla al güisqui. Los platos principales alternaron entre el solomillo de buey y las chuletas de cordero, además de otras excelencias.
Los señores mercuriales tomaron una serie de decisiones. La más relevante, sin duda, a propuesta de Javier Sánchez, la institución del premio anual "Mercurial de plata" al personaje cultural que, a juicio de los contertulios, lo haya merecido. Se entregarán dos distinciones anuales en la tertulia correspondiente al mes de junio. Tras ser aprobada la propuesta por aclamación, los merculiales procedieron a proponer candidatos al "Mercurial de plata" de la presente temporada: Antonio García Barbeito, Fidel Villegas, José Cala, Alfonso Guerra, José Antonio Morante de La Puebla, Pepe Cala y René Goscinny. Tras las votaciones pertinentes, resultaron premiados, ex-aequo, Antonio García Barbeito y José Antonio Morante de La Puebla, que recibirán su disntinción, D.m., el próximo 24 de junio en la tertulia de gala que, a tales efecto, se celebrará en el Hotel Las casas del rey de Baeza.
En otro orden de cosas, se procedió a fijar como lugar definitivo para la Tertulia el Asador Fogón de Leña, si bien en fechas señaladas se celebrará en el antes mencionado hotel.
A los postres comenzó la habitual lectura de los textos propios y ajenos de los contertulios, con especial mención al homenaje a Miguel Delibes que aportó Fernando Moral.
Acabada la cena, procedimos a la tradicional foto de grupo, que ilustra la cabecera de este blog, así como la que apaece al pie de esta entrada. Ramón Simón realizó un reportaje más amplio que publica en su blog.
La próxima tertulia queda convocada para el miércoles 7 o 14 de abril (la fecha concreta se enunciará debidamente), a las 20:30, en la a partir de ahora, sede habitual de los Mercuriales, el Fogón de leña.
Sin más asuntos que tratar ni más capacidad etílica para hacerlo, los contertulios se fueron despidiendo amablemente en dirección -es de suponer- a sus respectivas casas, con lo que finalizó la velada de la que doy, digamos, fe.
J.A.G.R. Secretario de la Tertulia "Los Mercuriales".

jueves, 25 de febrero de 2010

Acta de la tertulia del 24 de febrero

A partir de las ocho y media de la tarde, los señores mercuriales comenzaron a llegar al Fogón de Leña, sito en la becariada calle de Santo Domingo de la Calzada. Anotamos en esta acta al vuelo la presencia de Alonso Coca, Julio Ariza, Fernando Moral, Jesús Cotta, José Miguel Ridao, José Manuel Gómez (el mantenedor), José María Jurado, Alejandro Muñoz y el que suscribe, Juan Antonio González.
Los prolegómenos de la cena sirvieron para que José María Jurado hiciese reparto de algunos ejemplares de su poemario La memoria frágil, publicado por la Institución Cultural el Brocense de la Diputación de Cáceres dentro de su colección de poesía Abezetario. En animosa charla fue transcurriendo la velada hasta que, como viene siendo costumbre, tras los postres, comenzó la lectura de textos propios y ajenos.
Como ya viene siendo habitual, procedí a la lectura de un nuevo apócrifo, en este caso apócrifa, Eloísa Galván-Abarca Cressé, poeta anacreóntica del siglo XVIII. Siguieron lecturas diversas de producciones propias de Julio Ariza, José María Jurado (no se pierdan su Cuaresma día 8), Jesús Cotta, Fernando Moral, José Miguel Ridao (con un poema en versión bilingüe inglés-español) y de nuevo yo mismo, con el poema que dará título (espero) a mi próximo libro, aún en construcción, Un verso apenas.
También hubo ocasión de lectura de textos ajenos. Si la memoria no me folla, se procedió a la lectura de fragmentos de Julio Camba y de poemas de Blas de Otero, Blanca Andreu, Abilio Gómez Abrill y Roger Wolfe.
Cerca de las 00:30 del día 25, se dio por finalizada la tertulia, tras el pago de un ajustado precio y la congratulacon general de los comensales por el trato recibido en el restaurante. Se acordó el miércoles 17 de marzo como fecha para la próxima reunión mercurial.
Sin más asuntos que tratar ni más capacidad etílica para hacerlo, los contertulios se fueron despidiendo amablemente en dirección -es de suponer- a sus respectivas casa, con lo que dio por concluida la velada de la que doy, digamos, fe.

J.A.G.R. Secretario de la Tertulia "Los Mercuriales".

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sábado, 23 de enero de 2010

Himno mercurial

Amigos, no ando muy inspirado. Así que lanzo tres posibles principios de himno. Los mercuriales han de escoger uno y continuar los versos.

Para el momento rijoso de la tertulia:

¡Salmodiemos, mercuriales,
y peinémonos las cejas,
que ya llegan las becarias
vestiditas de enfermeras!

Otro posibilidad, más seria:
Ni el neblí en tortuosos giros
ni en la tempestad el mar
tienen tanto garbo y brío
como el canto mercurial.

Y más serio todavía:

Si ya te has reconciliado
con el ángel y la bestia...
(y no sé seguir, pero me cuadran esos versos para el carácter del mercurial)



YY

jueves, 21 de enero de 2010

Crónica de la tertulia del 20 de enero

A la hora prevista, en el baratísimo restaurante "La monumental", se encontraron los siguientes mercuriales: José Manuel Gómez, el mantenedor; Jesús Cotta, poeta ornitólogo; José María Jurado, poeta ingeniero; Javier Sánchez, poeta preferente (lo de regional, lo obviamos); José Miguel Ridao, poeta almejero; Julio Ariza, poeta bellotero; Alejandro Muñoz, prosista arquitecto y Juan Antonio González, poeta apócrifo. Como invitados, acudieron Juanma de la Torre, Fernando Moral y Ramón Simón.
Por vía telefónica, se mantuvieron sendas conversaciones con América y Aurora, cuya ausencia, así como las de Ricardo Arjona, Diego Vaya y Alonso Coca quedan justificadas convenientemente. El resto de los mercuriales no hizo acto de presencia, sin notificación de ningún tipo, por lo que la comisión disciplinaria tomará las medidas oportunas.
El menú consistió básicamente en almejas y otros peces variados, regados convenientemente con vinos y cervezas. La cena transcurrió de forma amena, aderezada por los comentarios más variopintos de los contertulios, entre los que destacó sobremanera el delicado y medido verbo del invitado Ramón Simón.
Como viene siendo habitual, en los postres se procedió a la lectura de textos varios, de todo tipo y condición, de lo más -digamos- chusco a lo más sublime.
Jesús Cotta se ofreció para componer, en octosílabos, la primera de las estrofas del himno mercurial, que someterá a la consideración del resto de los seguidores del dios Mercurio a través de este foro público.
Javier Sánchez asumió la tarea de confeccionar un anuncio para el tan cacareado casting de becarias.
Se cerró el acto con un par de rondas de combinados variados (en copa de balón, claro) y nuevas anécdotas pías.
Y sin más asuntos que tratar ni becarias que catar, concluyó el acto (con perdón), de lo que, como secretario de la tertulia, doy fe.
Juan Antonio González Romano (secretario)

lunes, 11 de enero de 2010

Convocatoria de nueva tertulia mercurial

Tertulia Los Mercuriales (Sevilla)

Estimados compañeros:
El dios Mercurio nos convoca a una nueva tertulia que tendrá lugar, D. m., el miércoles 20 de enero a las 20:30 horas en el restaurante La Monumental (C/ Diego Angulo Íñiguez, nº 9). No se confundan con el bar de tapas del mismo nombre que está al lado, en la misma calle pero en la otra esquina del mismo edificio.
Les adjunto la propuesta del Secretario de la tertulia, D. Juan Antonio González Romano, para su debate en dicha reunión:
Creo que, con 15 contertulios, hemos llegado ya al límite de lo razonable para que no pasemos de la tertulia racional a los corrillos varios. Propongo, pues, que cerremos ese número y que:
a) siempre dejemos la puerta abierta a un invitado por tertulia, a propuesta de los contertulios habituales.
b) Por cada mercurial que excuse su presencia, podamos contar con otros invitados, siempre hasta el número de 15-16 que debe -a mi juicio- ser el máximo.
Sin otro particular, esperando verlos el día 20, se despide con un abrazo mercurial
José Manuel Gómez Fernández (Mantenedor)