Hoy
Tal día como hoy. Solemnemente hoy, se conmemora, seguro, alguna efemérides. No tiene importancia cuál, si es luctuosa o gloriosa, o si en la realidad ocurrió, existió de forma efectiva y veraz, o si es una conmemoración de la nada, del deseo anhelante del subconsciente colectivo. Una invención, una más, que por la mera y permanente repetición se ha transformado en la más sólida verdad. Me lo contó el padre de mi padre, y además está escrito en un libro, y por si existe alguna duda…. ¡¡lo dice la televisión!! Ergo, está garantizada su ontológica realidad. Pero no importa. Lo reseñable es que el día de hoy, nítidamente hoy, irrepetible hoy, viene de fábrica con su protagonismo usurpado. El día de hoy es un nicho que nace ya ocupado por un muerto, muy pasado y muy pesado, por un exergo, por una conmemoración, y, con suerte, se le puede considerar, algunas veces, como generador de recuerdos, como creador de alguna histórica memoria que será recordada, ay, en otros días, en otros hoys, que nacerán, como éste, convenientemente muertos, despersonalizados, hueros, vaciadas las cuencas de los ojos en aras de reyes y dioses absurdos, que ya no son y probablemente nunca fueron, pero que nos dan la vida con su recuerdo, nos mantienen calientes, nos engañan día tras día, hoy tras hoy. Por eso hoy, exacta y transparentemente hoy, no conmemoro nada, no dimano ningún recuerdo para el futuro. Hoy solo espero, paciente, que en alguno de tus minutos, en alguna de tus brisas, la alondra cante para mí. Y, después, te lo prometo, olvidaré que ha ocurrido. Toi del Junco |