Os recuerdo a todos, amigos, que estáis invitados a enviarme el relatillo erótico durante este verano.
Y ahora propongo un ejercicio literario: continuar una historia breve que comienza así:
Cuando estaban a diez metros de la puerta, los tres hermanos, Marcos, Mateo y Lucas, se arreglaron los unos a los otros las corbatas, se repasaron el pelo engominado con un peine y se escupieron en las manos para atraer la suerte. Pero cuando Marcos iba a llamar al timbre, Lucas dijo:
-Lo he pensado mejor. Yo no entro ahí.
Hala, ahí queda eso.
Ex corde, Cotta
"Pues yo sí entro", dijo Marcos. Sé que pueden existir gárgolas y fauces de la vida, pero un placer merece la pena de forma enorme y suprema.
Así, dejó a un lado a Mateo y Lucas, y entró.
JSM
Joder, muy evangélico comienzo.
ResponderEliminarCuando estaban a diez metros de la puerta, los tres hermanos, Marcos, Mateo y Lucas, se arreglaron los unos a los otros las corbatas, se repasaron el pelo engominado con un peine y se escupieron en las manos para atraer la suerte. Pero cuando Marcos iba a llamar al timbre, Lucas dijo:
ResponderEliminar-Lo he pensado mejor. Yo no entro ahí.
-Tranquilo -replicó Mateo-, me han confirmado que hoy no habrá almejas...
Pues hala, ya se acabó el cuento. Es un final abierto, con muchas interpretaciones.
ResponderEliminar¿Por qué se va a acabar, si aún la mayoría no ha dado su versión?
ResponderEliminarJavier lo ha continuado. Lo bueno y lo malo es que si nadie lo continúa moriremos sin saber qué encontró allí.
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