martes, 4 de octubre de 2011

Acta de la tertulia del 21 de septiembre de 2011

El 21 de septiembre de 2011, en el Fogón de Leña de la ciudad de Sevilla, vuelven a reencontrarse oficialmente los señores mercuriales, (por orden de llegada) Julio Ariza, Jesús Cotta, José Manuel Gómez, Alejandro Muñoz, Ramón Simón, Fernando Moral (que apareció en el momento en el que se indica infra) y el que les levanta el acta, Juan Antonio González Romano, que fue el primero en llegar, de nuevo. Excusa su presencia el resto de habituales y se estudian fórmulas y días para que se facilite una mayor asistencia en próximas convocatorias.
Tras los abrazos y las primeras copas a las puertas del Fogón, y transcurrida ya casi una hora, pasamos al salón-sede oficial de la tertulia, donde el señor mantenedor nos comentó sus aventuras italianas de este verano, concretamente en Castagneto Carducci, desde donde realizó incursiones en Venecia y Florencia. Además, debo dejar constancia de que lo hizo con una copa de cerveza con alcohol en la mano, hecho insólito digno de pasar a los anales de la tertulia. No menos que el tinto con casera blanca que tomó Julio Ariza durante toda la noche.

Tras unas ampliamente comentadas palabras de Jesús Cotta (que se refirió al libro Moralidad en inmoralidad en el siglo XX, donde se defiende que el mismo fascismo, aplicado en distintos países, da diferentes resultados: Alemania, China, Italia), advertimos que la cámara de fotos de Ramón Simón, el inefable, carecían de tarjeta de memoria, por lo cual no pudo usarse en toda la noche. De ahí que las imágenes que ilustran esta entrada estén realizadas con un modesto teléfono móvil y no se aproximen, ni por casualidad, a la calidad de las de tertulias anteriores.
Ramón Simón, el olvidadizo
A las 21:37 llegó al salón el último de los contertulios, Fernando Moral (dejemos constancia de la hora para que no tenga problemas con su jefe de estudios) y comentamos los horarios de los mercuriales, con objeto de buscar la fecha más apropiada para próximas tertulias, que irán alternando miércoles y jueves. Jesús Cotta afirmó por entonces que él ha decidido impartir algunas clases en el nocturno "para dar griego", expresión que debió ser matizada ante los comentarios de la concurrencia: Alejandro salió en su defensa afirmando que Cotta "es dante, no tomante".
Ramón Simón continuó dando noticias de su libro Las miradas del amor (de momento, libro virtual; en un futuro, esperemos que libro de verdad) al que últimamente se han sumado con sus textos los poetas Antonio Rivero Taravillo, Enrique Barrero, Víctor Jiménez, Juan Peña, Pablo Moreno, Jesús Beades y Jesús Tortajada.
También se comentó la excelente acogida que ha tenido la idea de convertir en libro las actas de la tertulia. Solicitamos a todos los invitados que recitaron sus textos durante el pasado curso mercurial que nos los enviasen para publicarlos junto a las actas y todos han contribuido: Antonio Rivero Taravillo, Carlos Vaquerizo, Antonio Serrano Cueto, José Miguel Domínguez Leal y José Manuel Benítez Ariza nos hicieron llegar sus aportaciones con una celeridad digna de elogio. El libro, pues, sigue adelante, si bien algún mercurial habitual aún no ha hecho los deberes...
Alejandro, disfrutando de la noche
 Los temas se suceden y lo mismo se haba de Ibáñez Langlois que de la segunda cerveza con alcohol del  señor mantenedor o del encuentro entre Fernando y Ramón son sus respectivas durante el mes de agosto (Fernando se hallaba celebrando su vigésimo aniversario de bodas). Por supuesto, se hizo hincapié en que compondremos un himeneo para la boda del ínclito (Ramón, claro). Dicho canto nupcial fue también comentado hasta la saciedad: que si debía ser un himeneo sin gesticular (aunque alguno, como Alejandro, prefería que se escribiese un himenea) o que debería recitarse, en su momento, con las nalgas alzadas. Esta última idea dio lugar a una greguería ramoniana (de nuestro Ramón, claro): el metrónomo del tiempo lo marcan las nalgas de una mujer. Ante este momento lírico, el señor mantenedor dejó caer la idea de que las actas podrían escribirse alguna vez en verso. No me provoques, fue mi respuesta.
Ramón (quién si no) planteó una reflexión sobre el pasado:  todo lo que ha tenido ocurrir para que estemos aquí, desde hace generaciones y generaciones. José Manuel Gómez aludió a continuación a la biografía de Julio Camba, polizón a los 16 años en un barco a Buenos Aires, de donde fue expulsado con el billete de vuelta pagado, con lo que fue y volvió a las Américas sin gastarse un duro. El propio mantenedor (soy incapaz de reproducir qué mecanismos dieron lugar a que desde el comentario anterior se pasase al siguiente) comentó una idea muy de su agrado, que es la de los difuntos como mediadores con Dios.
Tras hablarse del origen del término snob (sine nobilitate) o hablar de Lorca y Cernuda, o de las musas y el trabajo, comentamos la presentación del Tablero de sueños del hoy ausente José María Jurado y, a continuación, el señor mantenedor anuncia (momento yo he venido a hablar de mi libro, entonado al modo Umbral) que en noviembre se presentará su En busca de la flor de la siempreviva (Ediciones de la Isla de Siltolá, colección Levante) y que, en tan alta ocasión, se hará también la presentación oficial en sociedad de la Tertulia, todo ello en la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras. 
Jesús Cotta y José Manuel Gómez, futuros presentador y presentado, respectivamente, en la Academia de Buenas Letras
Pasamos al siguiente tema, íntimamente relacionado con el anterior: los títulos de ciertas películas porno. Especialmente celebrado fue aquel de Me he tatuado El Quijote y aún me sobra cipote. Dado lo candente del  tema, se comentaron a continuación las inocentes fotos de Scarlet Johanson (casi ninguno comentó haberlas visto, y nadie sabía, por supuesto, que estuviesen por ahí circulando). Fue entonces, (eran las 23:05 de la noche) cuando, sin poder aguantarse más, Ramón Simón mencionó su palabra talismán, puticlub, tal vez por una inexplicable conexión de ideas cuando alguno de los mercuriales comenzó a succionar con ahínco su sorbete de limón al cava.
Llegados los postres y las infusiones correspondientes (volvieron a ganar las de ron), comenzó el turno de lecturas, de lo más variado. Dejemos constancias de que, a estas alturas, el mantenedor pidió una coca cola light, si bien confesó haber estado a punto de pedir una casera blanca.
Comenzó el señor mantenedor, don José Manuel Gómez, dando cuenta de algunas de las anécdotas parlamentarias de Luis Carandell pertenecientes a su libro Las anécdotas de la política. De Keops a Clinton. A continuación leyó un texto propio, en papel manuscrito, "Calendario sentimental".
Fernando Moral leyó un  poema de juventud de un poeta del 27 que resultó ser Gerardo Diego. Aquel que termina con el verso ¿Eres poeta? ¿Qué falta te hago yo? Sueña...


Fernando Moral, de semiperfil

Alejandro Muñoz llevó un texto de inédito Julio Mas Alcaraz y, por los motivos que comentó ya en su blog, uno de temática taurina, de Romero Murube. Este nombre nos llevó a hablar de Miguel Hernández, Lorca y Machado. Acerca de la inexistente tertulia con temática taurina que se anunció al final del curso pasado, se comentaron también las fotos de Ramón con estos motivos, y se propuso un título para la presunta nueva obra, Los cuernos del amor.
Julio Ariza dio cuenta de unos fragmentos de El elogio de la sombra, de Tanizaki, con genial glosa de Alejandro: Parece un episodio de Doraemon.

Julio, el canijo: 13 Kg. menos que en la tertulia anterior
 En mi turno, leí el penúltimo de mis Diurnos, compuesto durante este verano. Ramón, por su parte, leyó tres poemas: Epitafio. A las puertas del abismo. 31 de agosto. A continuación, Jesús Cotta leyó un poema inspirado en la filosofía de Guillermo de Okham.
Volvió a la carga Fernando, con medio poema infantil, lo que podríamos considserar un poema inconcluso, un juego versificador que a Julio le recordó a Gloria Fuertes.
El turno final, cómo no, fue para Ramón Simón, que anunció que Pablo Pámpano colaborará en la confección de la portada del libro de actas de la tertulia. Por nuestra parte, le hemos encargado un grabado para galardonar al nuevo  mercurial de plata y a los sucesivos.
A los cuarenta y cuatro minutos del nuevo día comenzó a terminar la tertulia. La próxima quedó fijada para el jueves 20 de octubre, con la idea de facilitar la asistencia de Aurora Pimentel, José Miguel Ridao y José María Jurado; esperemos que también la de Alonso Coca y, si su celebración de cumpleaños se lo permite, la de Toi del Junco. Para ese día está confirmada la asistencia de los poetas Víctor Jiménez y José Julio Cabanillas, y tal vez alguna sorpresa más.
La noche cerrada. Los últimos abrazos, que no serán nunca los últimos. Sonrisas en los corazones. La hora del regreso.
Anda, Platero...

7 comentarios:

  1. Qué completa el acta. Y qué ganas de la siguiente. Un abrazo, amigos.

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  2. Estoy impresionado por la exhaustiva datación que el señor secretario hace de cada hecho. No se le escapa un segundo. Afueraparte, el acta es intachable, para no hacer mudanza en la costumbre.

    Abrazos a todos.

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  3. Parece como si hubiera estado allí. ¡Qué realismo! Las alusiones cinematográficas me parecen tan atinadas como enriquecedoras. Pero si algo me gusta de estas actas es el modo de rematarlas. Me recuerdan las lacónicas acotaciones de Valle-Inclán en Luces de Bohemia.

    Un abrazo

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  4. Impecable. El acta y el acto. Y lo de mi cara es culpa del capítulo de Doraemon que leía Julio... que como siempre se emite en la siesta provocaría en mí semejante reacción.

    Abrazos.

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  5. Muchas gracias, hermanos mercuriales, por los halagos, evidentemente merecidos. Teniendo en cuenta que me falló la tinta del boli, no me puedo quejar del resultado.

    Abrazos para todos.

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  6. Menos mal que no te folló, como te pasó una vez con la memoria.

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  7. Señores, ola k asen,

    Komo me huno a heste vloc de turtulia de literrathura, me enckantan los livros i la literathura. Me encantan buestros actos, Vrabo!

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